Está claro que la ciudadela inca de es uno de los lugares turísticos más visitados y hermosos en el mundo, pero son pocos los que saben que a diario se generan grandes cantidades de basura tanto en el complejo arqueológico, como en las comunidades aledañas.

Por ello, residentes de las zonas cercanas a  decidieron recoger los desperdicios que, en su mayoría, son dejados por los turistas a lo largo de la línea del tren. 

Esta iniciativa denominada ‘Mi Santuario es Limpio’ es promovida por PeruRail, la cual capacita a los pobladores sobre temas de reciclaje, debido a que son las botellas de plástico los desperdicios que más abundan en la zona.

La ruta de limpieza comienza en el Km. 22 hasta el Km. 122 de la línea férrea, donde son los habitantes de las comunidades de Intihuatana y Piscacucho son los encargados de recoger los desechos que luego son reciclados. De esa forma, estas familias  también generan ingresos propios.

Una vez con los sacos llenos con botellas, son ayudados por PeruRail a trasladarlos hasta una planta recicladora donde venden por kilos todo lo recolectado, ayudando así a su economía y sobre todo al medio ambiente. Estas prácticas también se realizan en Puno y Arequipa.