Una esperanza para los niños de Urubamba
Una esperanza para los niños de Urubamba

Se escucha el sonido de las aves, la fuerza del viento y el replicar de un celular que hasta antes del era un aparato lejano, de gente con dinero, quizás innecesario. Pero todo cambió. Y en ese celular esta madre agricultora aprendió a usar el WhatsApp y el Zoom, para poder acompañar a sus hijos en la enseñanza. Estamos en Urubamba, Cusco. Yandi, de 7 años, Vianca, de 4 y Clever, el mayor de la familia, se han adaptado a los cambios gracias al apoyo de sus maestros de la Fundación Niños del Arco Iris, un espacio casi mágico donde hay salones rodeados de árboles y campo, donde los maestros se dedican con toda el alma a sus clases, y cada detalle es tomado en cuenta. No es solo una escuela. Es un hogar, la segunda casa, la casa grande y que brilla.

Desde hace 19 años, la Fundación Niños del Arco Iris, una organización sin fines de lucro, se dedica a transformar las vidas de niños y niñas de escasos recursos en el Valle Sagrado. Llegamos poco antes de la Navidad, en el último día de clases.

La pandemia y la transformación digital para los niños del arcoíris
La pandemia y la transformación digital para los niños del arcoíris

En Cusco, el 72% de alumnos no logra resolver problemas matemáticos de acuerdo a su edad y el 51% no entiende lo que lee. La realidad es dura, y a ello se suma la pobreza, lo que no permite que los chicos se alimenten bien: uno de cada 3 niños sufre de anemia y no tienen servicios médicos adecuados. La escuela de la fundación es el espacio de la esperanza, aquí además de profesionales dedicados hasta se llevaron sus galletas fortificadas con hierro. El esfuerzo es grande.

Carmen y sus pequeñas han culminado un año escolar diferente, pero que acabó por entusiasmarlas .Foto: Esther Vargas
Carmen y sus pequeñas han culminado un año escolar diferente, pero que acabó por entusiasmarlas .Foto: Esther Vargas

Flor Curagua, la directora de la escuela, no se detuvo cuando llegó el Covid-19. Lo que decidió hacer es adaptar el plan de estudios, y hacer realmente ‘milagros’ para llegar a sus alumnos. Grandes y chicos se capacitaron. El objetivo: salir adelante. La pandemia no los podía frenar. Y así fue. En algunos casos, los maestros o maestras fueron a la casa de los alumnos, mientras que en otros los estudiantes se movilizaron. Palabras como Zoom o WhatsApp se harían familiares para casi 200 alumnos, padres y 14 docentes. Por el Covid-19, muchas familias -dedicadas al turismo- se vieron sin ingresos. La fundación los apoyó. Susy Caballero, gerenta de la fundación, cuenta con entusiasmo este proyecto que además incluye un hotel cálido y pequeño para sostenerse.

Jamás imaginaron que un celular cambiaría sus vidas. Foto: Esther Vargas
Jamás imaginaron que un celular cambiaría sus vidas. Foto: Esther Vargas

Esta organización cuenta con una escuela en el Valle Sagrado, donde brinda educación inicial y primaria a niños de 3 a 13 años en condición de vulnerabilidad. Además, promueve una formación integral enseñando arte, música, deportes, tecnología, inglés y quechua.

Durante la pandemia, la Fundación ha entregado más de 1,000 canastas de víveres con verduras, frutas, abarrotes y productos de higiene. También ha realizado diagnósticos nutricionales para dar tratamiento a los niños que presentaban anemia o desnutrición y tratamiento contra parásitos. Asimismo, ha acompañado a las familias en temas relacionados a salud física y mental a través de una enfermera y una psicóloga.

En la fundación se cuida muchísimo la salud de los menores, y se busca que mejoren su calidad de vida. “La escuela ha encontrado diversas estrategias para salir adelante, y darles alfabetización digital”, cuenta Susy, quien también detalla que se ha cuidado la salud mental de las familias. El 2021 no los asusta, pero de hecho necesitan más apoyo y no los podemos dejar solos y solas, por ello es importante ‘SÚMATE A MI HISTORIA’, una campaña que busca recaudar fondos para esta causa social, que tiene como objetivo seguir brindando educación de calidad y un programa integral de salud y nutrición.

La educación en todos los países se ha visto afectada por la pandemia. En esta pequeña escuela del Valle Sagrado, la transformación digital ha dado resultados positivos y no debe parar. Yandi y Vianca quieren seguir aprendiendo.

DATOS

  • La Fundación Niños del Arco Iris nació en 2001 y tras años de arduo trabajo ha logrado implementar programas integrales de educación de calidad y salud, y con esto ayudar a más de 200,000 personas de comunidades lejanas.
  • Formas de ayudar.

Puedes realizar una donación a través de:

Yape: 940705695

BCP en soles: 285-2185452-0-58

CCI: 002-285002185452-0-58-58

BCP en dólares: 285-2173243-1-45

CCI: 002-285002173243-1-45-53

RUC: 20450556042

Para más información visita: http://sumate.ninosdelarcoiris.com/

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