Una familia chilena, compuesta de tres integrantes, inició un viaje en un furgón para recorrer buena parte de Sudamérica pero el avance del coronavirus (COVID-19) no solo frustró esos planes, sino que el cierre de fronteras para evitar la propagación de la enfermedad los ha dejado varados en una zona descampada de la provincia de Cañete, en la región Lima.
Monica Quijada, esposa y madre de un menor de 8 años, contó a El Comercio que emprendieron su viaje aproximadamente hace poco más de un mes desde su natal Puerto Varas (Chile). Tenían pensado recorrer el continente durante un año y medio y llegar a Alaska (Estados Unidos) a bordo de su vehículo. Pero jamás imaginaron que el cierre de fronteras que dispuso el Gobierno peruano, el pasado 16 de marzo, los tomaría por sorpresa.
“No teníamos internet y cuando nos enteramos de la noticia decidimos regresar a Chile desde Huaraz, sin embargo, solo llegamos a pasar Lima cuando se dio el cierre de la frontera”, detalló.
Ante esa situación, Monica comenta que su única opción fue establecerse en la zona desértica de Cañete a la espera que se levante la restricción del cierre de fronteras en el Perú, la cual está dentro de una serie de medidas tomadas por el Gobierno. En un primer momento esta tenía como plazo 15 días pero que luego se prorrogó por 13 días más y actualmente seguirán vigentes hasta el próximo 26 de abril.
Sin embargo, Mónica sostiene que ya no pueden esperar más días hasta que se abran las fronteras peruanas ya que “el futuro es incierto” y el estado de emergencia nacional podría continuar ampliándose en nuestro país.
“Necesitamos viajar por tierra, necesitamos que el Gobierno peruano abra sus fronteras. No podemos dejar nuestro vehículo acá. Pedimos que hagan una excepción con nosotros, no creemos que sea algo complicado", indicó.
Consultada respecto a si el consulado chileno tiene conocimiento sobre su caso, Monica detalló que en un primer momento les ofrecieron ayuda económica, pero que debían ir a Lima a recibir el dinero. La segunda opción que les propusieron fue otorgarles un salvoconducto para que puedan viajar de Cañete hasta Tacna y permanecer ahí hasta que se abran las fronteras.
Sin embargo, Monica reitera su pedido de poder cruzar la frontera y llegar hasta Arica debido a que en Tacna no tiene amigos ni familiares que la puedan alojar a ella y a su familia.
Ellos esperan ser escuchados por las autoridades tanto de su país como las peruanas y poder retornar a Chile, donde podrán pasar la cuarentena con más facilidades con las que cuentan actualmente, que son los servicios básicos como luz, agua y comida.