Como guardianes del patrimonio natural más importante de nuestro país, han permanecido en tiempos del Covid-19 a las sombras de las áreas naturales protegidas que vigilan.
Como guardianes del patrimonio natural más importante de nuestro país, han permanecido en tiempos del Covid-19 a las sombras de las áreas naturales protegidas que vigilan.

Dentro de los eslabones más importantes de la protección de la naturaleza en el Perú, están los guardaparques, los guardianes del patrimonio natural más importante de nuestro país, quienes han permanecido en tiempos del a las sombras de las áreas naturales protegidas que vigilan.

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Una de estas áreas es el Bosque de Protección Alto Mayo (BPAM), el cual es resguardado por 31 guardaparques, que se instalan rotativamente en los seis puestos de vigilancia y control que actualmente la protegen. En estos días, 17 de ellos se han mantenido en sus puestos desde el 16 de marzo, día en que el Gobierno peruano decretó la cuarentena general en el país.

Este es el caso de Jorge Alcántara (28): “Llegué al puesto de control Venceremos para apoyar en un patrullaje, con el fin de monitorear los niveles de deforestación de la zona y registro de fauna. Ese día escuchamos el mensaje del presidente en las noticias desde el puesto de control”. Jamás imaginó que esto iba impedir su pronto retorno a casa.

El trabajo de los guardaparques en estos momentos es primordial.
El trabajo de los guardaparques en estos momentos es primordial.

Refugiados en el puesto de control

Jorge es guardaparque del BPAM desde hace 7 años y lleva más de 55 días en su centro de labores, asumiendo el confinamiento al que ha sido sometido todo el país para evitar la propagación del virus. En tiempos regulares, los guardaparques permanecen 22 días en el puesto de control asignado y toman 8 días de descanso.

Sin embargo, este acontecimiento los llevó a refugiarse en el puesto de control ‘Venceremos’, junto a sus dos compañeros, hasta el día de hoy. En estos días, ellos tratan de estar informados y aprovechar el tiempo para dar mantenimiento a las instalaciones del puesto de control.

Jorge menciona que una de las dificultades para sobrellevar la situación es tener lejos a su familia. Tiene una niña de 7 años, y mantiene una constante comunicación. “Lo primero que haré al salir de aquí es volver a Chiclayo, donde se encuentra mi hija Rafaela. Ella me dice que me extraña y yo le pido que se cuide mucho y que continúe con sus clases virtuales”.

La fuerza de Sara

En el distrito de Nueva Cajamarca, aún se encuentra Sara Cuipal, guardaparque del BPAM. Ella lleva más de 60 días en su puesto de trabajo, acatando la cuarentena. Desde el 2 de marzo venía realizando sus labores diarias, cuando se enteró de la medida del Estado para evitar esta crisis sanitaria.

“El 16 de marzo fui en busca de señal para enterarme de las novedades, y fue ahí cuando me enteré que la cuarentena se había dictado a nivel nacional”, menciona Sara. A ella y a sus compañeros se les pidió permanecer en los puestos de control, con la finalidad de prevenir los contagios del personal guardaparque y hasta que se logren habilitar las vías de transporte. Cabe mencionar que, hasta el momento, la región de San Martín ha registrado casi 300 casos de coronavirus.

Todos los días a las 10 de la mañana, Sara va en busca de señal para poder mantener la comunicación con su familia. Hace unos días, fue el cumpleaños de su hija (12) y lamenta no haberlo celebrado juntas. “Siempre me pregunta cuando voy a regresar a casa”, señala con voz apenada.

En este contexto, guardaparques del BPAM están apoyando a la población. Tal es el caso de los puestos de control de Sol de Oro y Chisquilla en la región de San Martín y Amazonas, respectivamente. A solicitud de las autoridades locales, desde aquí se controla el ingreso y salida de vehículos, para garantizar la seguridad de la población y del bosque.

Los héroes anónimos.
Los héroes anónimos.

La importancia de conservar

El trabajo de los guardaparques en estos momentos es primordial. Descuidar los puestos podría ser aprovechado por infructuosos para realizar actividades ilícitas como la deforestación, extracción de fauna silvestre, invasión de los territorios o el sembrío de cultivos ilícitos.

Es administrado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) y tiene como socio a Conservación Internacional Perú que apoya en su gestión con fondos provenientes de la venta de bonos de carbono que produce el área.

Cabe agregar que el BPAM provee agua a más de 280 mil personas y es el sustento de cientos de familias que trabajan en armonía con el bosque. En los últimos diez años, este bosque protegido, ha evitado que más de 6 millones y medio de toneladas de CO2 contaminen el ambiente.

Dato:

  • El BPAM cuenta con 182 mil hectáreas ubicadas entre las provincias de Rioja y Moyobamba en la región de San Martín. Es administrado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) y Conservación Internacional Perú, con fondo provenientes de la venta de bonos de carbono que produce el área.

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