no entienden de hambre.  Las autoridades deben hacer entrega inmediata de los alimentos crudos a las familias más pobres del Perú. (Midis)
no entienden de hambre. Las autoridades deben hacer entrega inmediata de los alimentos crudos a las familias más pobres del Perú. (Midis)

En el jardín 165 República Federal de Alemania, en Punchana, Loreto, hay un gran almacén con alimentos de Qali Warma para cubrir a 850 alumnos, pero hasta el momento no se ha repartido ni una galleta ni un grano de arroz fortificado.

Su directora, Irma Vizcarra Guerra, no sabe qué hacer. Teme que los alimentos se malogren. Ha pedido a las autoridades que las distribuyan entre las familias de los menores que provienen de los sectores de extrema pobreza, como Nanay y Masusa. Nadie ata ni desata.

“Hemos recibido los productos a finales de febrero. Tenemos arroz, menestras y leche a los que les puede entrar hongos y gorgojos, así estén bien almacenados”, dijo a Perú21.

Y advirtió que el otro riesgo es que las escuelas sean saqueadas. El viernes, por segunda vez, un grupo de delincuentes entraron al colegio, se llevaron algunos de los productos y hasta dos balones de gas. La persona que ella había contratado –con sus propios recursos– para que vigilara el almacén no estaba porque fue infectada con coronavirus y tuvo que ser internada.

Ante las insistentes llamadas, el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma informó que ya entregó los productos a los colegios. Este diario confirmó que se trata de 15 mil toneladas para más de 45 mil planteles, donde se preparan desayunos y almuerzos, pero el problema es que estos alimentos no se están cocinando y no llegan a ninguno de los alumnos que estudian en sus casas.

“Estamos pasando hambre. No tengo qué darle de comer a mi hija, no me alcanza ni para una galleta”, contó Javier Ríos Reátegui, padre de familia del Jardín 165. Ríos es mototaxista, enviudó hace algunos años, y dice que desde la emergencia no puede trabajar y que solo “cachuelea”, tratando de sortear la vigilancia en las calles. A él no le ha llegado ni bono ni canasta.

El drama de este padre grafica la situación que atraviesan las familias pobres en el país. Ante esto, la falta de ejecución frente a la emergencia, indigna.

El presidente Martín Vizcarra y la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Ariela Luna, anunciaron el 31 de marzo –en una de las habituales conferencias del mediodía en las que los periodistas no participamos– que, a la par del inicio del programa de educación remota Aprendo en Casa, de manera extraordinaria se iba a activar Qali Warma para 1 millón 124,591 estudiantes en extrema pobreza.

El 3 de abril se publicó un decreto que dispone que los Comité de Alimentación Escolar, bajo la supervisión del Ministerio de Educación, se encargarían de la preparación y distribución de los alimentos a los escolares. Sin embargo, eso no es posible debido al aislamiento obligatorio. Ya han pasado 13 días desde el inicio de las clases virtuales y los niños no se están alimentando.

La burocracia del Estado aún no entrega los productos de Qali Warma y nadie ejecuta el reparto por falta de coordinación y logística, según las propias fuentes del Midis y el Minedu.

Perú21 se comunicó con representantes de colegios ubicados en los distritos de extrema pobreza, incluidos en el decreto.

En el centro educativo San José, en Tintay Puncu, provincia de Tayacaja, Huancavelica, ninguno de los 120 alumnos de educación secundaria es beneficiado en estos momentos. “No hemos hecho nada porque no nos han informado ni autorizado el reparto de los alimentos”, indicó Marily Cainamarks, encargada de organizar el CAE.

“Hemos pedido entregar los productos antes de que se echen a perder porque no sabemos hasta cuándo durará esto. Es mejor que le den uso, considerando que es gente muy pobre”, añadió.

En el mismo sentido se pronunció Yoli Vásquez, director del colegio Víctor Alejandro Sánchez Olano, en el distrito de Anguia, en la provincia de Chota, Cajamarca. “La intención del gobierno de que se preparen los desayunos y almuerzos es inviable. Hay alumnos que caminan de una a dos horas para llegar al colegio y no pueden hacer esto por un plato de comida”, explicó.

La autoridad educativa dice que ha preguntado a una representante regional de Qali Warma sobre qué hacer con los alimentos. La respuesta fue que se queden en el almacén.

Los directores de los colegios rurales de Chota, han solicitado que se les permita organizarse con las rondas campesinas, autoridades locales y municipios para repartir los productos a las familias. “Va a venir otro lote y qué hacemos... Tanto alimento y no hay un protocolo para repartir”, añadió.

¿SUSPENDERÁN ENTREGAS?

Los proveedores del programa social hicieron la primera entrega de los productos antes de marzo y ya tienen listo el siguiente lote. ¿El Gobierno permitirá que se pierdan todos esos alimentos? Los contratos no pueden, simplemente, suspenderse.

Sin embargo, Qali Warma informó a este diario que la segunda entrega ha sido suspendida hasta que se tenga una fecha del inicio de clases presenciales, algo incierto, según anunció ayer el propio Mandatario. ¿Y el presupuesto asignado? ¿Se perderá?

La alimentación de más de 4 millones de niños pobres en depende de este programa social. Su objetivo es luchar con la anemia infantil que afecta la capacidad de aprendizaje. En este momento, además, nutrirse constituye un arma de defensa contra el COVID-19.

SABÍAS QUE:

* Las tasas más altas de desnutrición crónica en menores de 5 años se reportan en Huancavelica (32,0%), Cajamarca (29%), Huánuco (22,4%), Amazonas (20,4%), Ayacucho (20,2%), Apurímac (20,1%) y Loreto (20,0%).

* El director regional de Educación de Loreto, Polansky Rodríguez, informó que no están repartiendo alimentos y que en estos días se reuniría con representantes de Qali Warma.

* Este diario se comunicó con el Ministerio de Educación para preguntar sobre la distribución, pero indicaron que no tienen información oficial al respecto.