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Redacción PERÚ21

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La educación pública, en general, y el rol de los maestros, en particular, han estado en debate en las últimas semanas, debido a la larga paralización, recientemente suspendida. El hecho no solo ha significado el principal desafío político para el Gobierno, sino que además hace peligrar la permanencia en el puesto de la responsable del sector, Marilú Martens.

Pero ¿qué piensan realmente los profesores? ¿Son actores pasivos sin una posición firme hacia las autoridades y al sindicato que pretende representarlos? La Encuesta Nacional Docente 2016 del Ministerio de Educación (Minedu) es una fuente importante de datos para conocer la opinión del magisterio.

Desconfianza de los maestros aumentó (Perú21)
Desconfianza de los maestros aumentó (Perú21)

El sondeo indaga, entre otras cosas, sobre la confianza que tienen los maestros hacia diferentes instituciones educativas, como el Ministerio, el Consejo Nacional de Educación, las unidades de gestión educativa local (UGEL) y el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú (Sutep).

El ministerio de la capital

Sobre el Minedu, en promedio, uno de cada tres maestros tiene poco o nada de confianza en dicho ente rector. La mitad de los encuestados opina que tiene regular confianza.

Existen importantes variaciones regionales. Los departamentos que muestran los niveles más altos de desconfianza hacia el Minedu se ubican en conglomerados muy dispersos. Son Apurímac (53%), en el llamado Trapecio Andino; Huánuco (43%), en la selva central; y Tumbes (49.5%), en el extremo norte de la costa.

¿Sindicato único?

La desconfianza no se limita a la autoridad sectorial y se extiende y agudiza hacia el Sutep. Como puede observarse, la evaluación respecto al sindicato magisterial es aún peor. En promedio, más de tres de cada cuatro profesores confían poco o nada en su propio gremio. En muchas regiones, la proporción supera el 80%.

Otra vez, se presentan diferencias resaltantes a nivel regional. Se forma una franja que aglomera a las regiones con mayor desconfianza, que va de la costa a la selva en la parte central del país: Huánuco (92%), Áncash (87.2%), Junín (86%), y Ucayali (84.3%).

Otras regiones con un alto grado de desconfianza hacia la organización sindical son las sureñas Arequipa (82.9%) y Moquegua (80%). También figuran en dicho grupo Cajamarca (83.3%) y Tumbes (85.4%). Nótese que entre las mencionadas figuran circunscripciones donde los SUTE regionales tienen fortaleza, como Cajamarca (de donde proviene Pedro Castillo) o Junín.

Tormenta perfecta

En aquellas zonas donde los profesores no confían en la autoridad educativa estatal, cualquier acción de movilización, como protestas, puede gatillar este descontento. Por otro lado, en las regiones donde los profesores no confían en el sindicato reconocido, grupos del magisterio que se disputan el poder y liderazgo de este sindicato pueden tener mayor eco entre el profesorado.

Vistas así las cosas, y a pesar de su distancia geográfica y su poco peso demográfico, la situación de Tumbes resulta muy preocupante pues combina ambos factores. La actual tregua puede dar paso en el futuro inmediato a nuevos reclamos. Estas acciones de protestas podrían tener condiciones más agravantes en las regiones resaltadas.