El árbol de la quina no solo es un digno representante que la riqueza vegetal en el Escudo Nacional del Perú, su valor e importancia trascienden al símbolo patrio. Esta especie oriunda tiene alto valor ambiental y productivo. Sus propiedades farmacológicas y medicinales son reconocidas a nivel mundial, porque ayudó a salvar muchas vidas frente a enfermedades epidémicas como la malaria.
También posee alcaloides naturales, entre los que destaca la quinina, que sirve para disminuir la fiebre y es analgésico. Se utiliza desde tiempos prehispánicos para tratar eficazmente enfermedades como la malaria o paludismo. Otro alcaloide derivado de este árbol es la quinidina, utilizado para tratamientos de las frecuencias cardíacas anormales y otros trastornos del ritmo cardíaco. Además de los alcaloides, posee principios astringentes, por su alta concentración de taninos, por lo que ayuda en la medicina tradicional para cicatrizar heridas y úlceras.
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Además de sus propiedades farmacológicas, el árbol de la quina también posee valores ambientales y forestales. Contribuye a la mitigación de gases de efecto invernadero y regula el ciclo hidrológico y climático. Esta función permite la preservación de cabeceras de cuenca, además de recuperar los ecosistemas de montaña. Su aprovechamiento sostenible ofrece una madera de excelente calidad para la carpintería, la construcción de viviendas, postes para linderos, entre otros productos maderables.
Por todos los beneficios que ofrece la quina se inició la campaña nacional “La quina del Bicentenario. Revaloremos nuestro árbol emblema”. Esta iniciativa tiene la finalidad de recuperar y proteger las especies de quina que crecen en nuestro país. El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), a través de Agro Rural, están ejecutando el plan de repoblamiento de la quina en 10 departamentos.
La directora ejecutiva de Agro Rural, Roxana Orrego, señaló que las regiones donde están interviniendo son: Amazonas, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Junín, Lambayeque, Lima, Pasco, Piura y Puno. La inversión de este proyecto asciende a más de S/3.7 millones. La reforestación de 145 hectáreas con el árbol de la quina debe culminar en el 2022.
Orrego explicó que, para el repoblamiento de la especie se trabajará con 600 familias de comunidades campesinas, 50 técnicos y personal del Ejército del Perú.
En este plan también se suma el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) que ha desarrollado 6.000 plantones de árbol de la quina con una alta calidad genética resistentes a plagas. La producción de esta variedad se realizó en el banco de germoplasma que posee el INIA en Cajamarca. Estos nuevos plantones fueron desarrollados bajo técnicas agronómicas y fitosanitarias que cumplen con los estándares de calidad.
La quina mejorada es más tolerante a las plagas y enfermedades, además tiene buena adaptabilidad a diferentes climas. Asimismo, se optimizó su desarrollo hasta de 18 metros de altura, lo que permite una buena producción de la quinina. Estos plantones han sido distribuidos a viveros ubicados en las regiones Cajamarca, Lima y Lambayeque como parte del proceso de estudio de adaptabilidad a las condiciones climatológicas.
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