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CADE Universitario: Somos todos
La democracia como compromiso joven.
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Se necesita sumar esfuerzos para cerrar las brechas de desigualdad educativa
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La desigualdad educativa en el Perú sigue siendo uno de los principales desafíos para el desarrollo del país y el fortalecimiento de su democracia, afirma Javier Ichazo, CEO de Mibanco y presidente de CADE Universitario 2024. Sostiene que resolver esta desigualdad es clave para integrar a los jóvenes en la toma de decisiones sobre el rumbo de la nación; por lo que agrega que es urgente trabajar en conjunto para hacer que la educación de calidad sea accesible para todos, especialmente para las poblaciones más vulnerables.
“Para lograr la integración de los jóvenes y construir un Perú más sólido y equitativo, un punto muy importante es sumar esfuerzos en cerrar las brechas de desigualdad educativa”, dice Ichazo a Perú21.
El presidente de CADE Universitario 2024 precisa que es crucial reconocer el papel actual de los jóvenes, ya que no solo son el futuro, sino también el presente de nuestro país.
“Su energía, creatividad y pasión son esenciales para impulsar el cambio y la transformación. Los responsables de la toma de decisiones deben escuchar y valorar las perspectivas de los jóvenes, no solo durante las elecciones, sino también en espacios de diálogo continuo. Esto garantiza soluciones más efectivas y relevantes”, comenta.
NECESIDAD DE REPRESENTACIÓN
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Para Ichazo, debe llamarnos la atención que 8 de cada 10 jóvenes no se sientan representados por ninguna autoridad actual y que todos los niveles de gobierno tengan una mala evaluación de su gestión. Incluso indica que esta falta de representación se extiende a la mitad de los peruanos, que considera que no existen espacios de diálogo en su región.
Por ello, sostiene que es crucial crear espacios de diálogo accesibles, más aún para los jóvenes, ya que esto implica generar oportunidades para que puedan expresar sus opiniones, debatir ideas y proponer soluciones.
“Los gobiernos y las organizaciones deben escuchar sus voces y considerar sus perspectivas al tomar decisiones. Para ello, es importante proporcionar capacitación y mentoría específica en liderazgo y participación ciudadana. En esa línea, el rol de los empresarios no es menor. Debemos inspirar a los jóvenes a involucrarse más con las situaciones que pueden impactar el bienestar económico y social del país”, resalta.
En este contexto, CADE Universitario 2024 se presenta como una plataforma crucial para abordar estos desafíos. Según Ichazo, este foro “es un espacio de reflexión y discusión que busca motivar e inspirar a los jóvenes líderes, representantes de todas las regiones, a aportar al desarrollo del país”. El evento proporciona a los jóvenes la oportunidad de explorar diferentes caminos, inspirarse en líderes con experiencia y encontrar motivación para contribuir al progreso del Perú.
Ichazo también resalta la necesidad de una colaboración intergeneracional en la formulación de políticas públicas. “La colaboración entre generaciones es esencial. Combinar los conocimientos de los adultos con las voces de los jóvenes garantiza soluciones más equilibradas, efectivas y actuales”, explica.
Para Ichazo es crucial el papel de los jóvenes como agentes de cambio en la sociedad peruana. “Los jóvenes deben tener un rol activo en la sociedad y trabajar juntos para construir un mejor futuro para todos”, sostiene Ichazo, subrayando la importancia de su participación en el diseño y ejecución de políticas que aborden aspectos integrales de su vida, bienestar y participación cívica.
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¿Cómo crecer para elevar el bienestar?
Carlos Parodi, profesor principal del Departamento Académico de Economía de la Universidad del Pacífico, expondrá en este CADE Universitario acerca de los desafíos y oportunidades económicas del país. Los jóvenes tienen que involucrarse en esta tarea.
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El Perú sigue siendo un rompecabezas para armar. ¿Qué hemos aprendido de nuestra propia historia? ¿Por qué la calidad de vida no alcanza al menos un mínimo para todos? ¿Por qué necesitamos crecer para elevar el bienestar? A continuación, presento algunas reflexiones.
Primero, la economía necesita crecer para generar empleo y reducir pobreza. Aquí la pregunta es cómo y cuánto. Crecer significa producir más, por lo que para poder lograrlo se requiere previamente elevar la inversión. Esta última puede ser privada o pública; la primera representa 80% de la inversión total, mientras que la segunda, 20%. Entonces, el cómo es a través de mayor inversión. ¿Cuánto se requiere crecer? Si observamos la historia, los periodos de reducción de pobreza y aumento del bienestar coinciden con periodos de crecimiento sostenido por encima de 4% anual. Por lo tanto, el cuánto es más de 4% anual durante varios años.
Segundo, ¿es suficiente crecer? No, se necesitan reformas adicionales para conectar crecimiento con bienestar. Dos canales los conectan. Por un lado, el crecimiento genera mayor recaudación tributaria y con ello, el dinero que recibe el gobierno para invertirlo en los más vulnerables diría en cinco aspectos: educación, salud, infraestructura, vivienda y seguridad. Aquí juegan en contra dos aspectos: ineficiencia del gasto público y la enorme corrupción que impide que cualquier estrategia funcione. Por otro, el crecimiento genera empleo, aunque aquí aparecen dos factores en contra: Perú no tiene una fuerza laboral adecuadamente capacitada, en especial en mandos medios que, por alguna razón cultural, son vistos en menos. El otro factor es la informalidad que alcanza a más de 70% de los trabajadores. El sistema no permite su formalización. Y, aunque suene simple, ¿por qué formalizar? Porque los mismos informales no tienen CTS, vacaciones, seguro de salud, etcétera. Entonces no solo es el argumento de que deben pagar impuestos, sino por su propio bienestar.
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Tercero, la economía no funciona en un vacío, sino en una realidad concreta en la que interactúa con distintas dimensiones: política, institucional, cultural, histórica, geográfica, etcétera. Si estas dimensiones no funcionan de manera adecuada, la economía siempre se encontrará por debajo de su potencial. Cómo podría fluir la inversión con los niveles de inseguridad que tenemos; y con la falta de credibilidad de nuestras instituciones, entre ellas, las autoridades políticas; y en un contexto en que nosotros no creemos ni confiamos en nadie. Somos un país en el que no se respetan las reglas más elementales y eso genera que la convivencia entre nosotros mismos no nos conduzca a un mayor bienestar. Esto no tiene nada que ver con el modelo económico.
Cuarto, veamos algunos datos. Primero, entre 1921 y 2021 la economía peruana creció, como promedio anual, 3.8%. Nada mal, pero si mejoras en salud, educación e infraestructura, entre otros, no se sentirá en el bolsillo de todos. Segundo, en 2023 experimentamos una recesión de -0.6%. Tercero, en el periodo comprendido entre enero y abril de 2024 crecimos 2.24%. Cuarto, si revisamos nuestra historia económica, los periodos de mayor reducción de pobreza fueron aquellos en los que el crecimiento fue mayor y sostenido. Quinto, para 2024 se espera un crecimiento en torno de 3% o menor. Es mejor que 2023, pero aún insuficiente. Sin reformas que mejoren, en especial salud, educación y seguridad, el bienestar para todos seguirá siendo una ilusión.
En el Perú sí podemos hacer empresa
Julio Garay, CEO de Nutri H y embajador de la Comunidad de Jóvenes Líderes de IPAE, dará su testimonio en CADE universitario.
Si bien la realidad sobre hacer empresas en el Perú es crítica, entre otras causas por los altos costos de la formalidad y la inseguridad ciudadana, la perseverancia y el propósito son importantes para poner en equilibrio la balanza, señala Julio Garay, CEO de Nutri H y embajador de la Comunidad de Jóvenes Líderes de IPAE.
El ejecutivo de 30 años fue cadeísta del CADE universitario de 2008 y estará presente como expositor en el de este año.
La empresa Nutri H, una procesadora de alimentos contra la anemia, que es de propiedad de él y de su familia, es el principal testimonio para creer que pese a las adversidades en el Perú sí se puede hacer empresa.
“Lo que vamos a hacer en nuestra charla es motivar a los jóvenes y decirles que en el Perú sí podemos hacer empresa, construirla de poco a poco y aprovechar los fondos concursables que se presenten”, dice.
Según Garay, Nutri H empezó con un solo producto, las galletas antianemia, luego siguieron los chocolates antianémicos, el panetón antianémico, el desayuno instantáneo, las hojuelas de quinua con cacao y así continuó creciendo su oferta. “Ahora tenemos 22 productos que combaten la anemia”.
Aunque producir alimentos que ayudan a combatir un problema como la anemia es valioso, el ejecutivo sostiene que encontrar un propósito que guie a la empresa es clave para su supervivencia.
“El caso de Nutri H tiene el propósito de poder combatir la anemia. Por eso, hacemos que todo el equipo de nutrición se involucre en este enfoque de luchar contra la anemia y la desnutrición, así como brindar productos saludables y nutritivos”, señala.
CADE UNIVERSITARIO
Garay reconoce que además de su perseverancia y educación (estudió ingeniería Agroindustrial, así como una maestría en Innovación y Emprendimiento), ha sido importante en su formación y liderazgo participar tanto en el CADE universitario como en la Comunidad de Jóvenes Líderes de IPAE.
Justamente, el CADE universitario 2024, organizado por IPAE Acción Empresarial tiene como centro reflexionar sobre la democracia e integración, bajo el lema “Democracia somos todos”. Garay opina que el tema a abordar es propicio para recuperar nuestra democracia que está quebrada con un Congreso y Ejecutivo que buscan sus propios intereses y generan un clima adverso para las inversiones.
“Creo y confío en la democracia, pero lamentablemente muchas de nuestras autoridades se valen de esta para beneficio propio”, comenta.
Garay sostiene que es un desafío para el Estado lograr el diseño de espacios atractivos que conciten la participación efectiva de los jóvenes en la construcción de sociedades más prósperas, más democráticas y más equitativas, como en la actualidad lo hace el CADE universitario.
CADE UNIVERSITARIO DESCENTRALIZADO: LLEGAMOS A MÁS JÓVENES EN EL PERÚ
POR SILVANA DE LOS HEROS, GERENTE DE COMUNICACIONES Y SOSTENIBILIDAD DE ZEGEL
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Año tras año, el CADE Universitario junta a los mejores estudiantes de las instituciones de educación superior más importantes de la capital con el propósito de sumar en ellos una cuota de reflexión. Este 2024, bajo el lema “Democracia Somos Todos” se vivirán intensos debates y desafíos que despierten en los jóvenes un compromiso con el Perú y su futuro -que siempre nos tiene en vilo-
. Lo cierto es que Lima, aún siendo una megalópolis que concentra el 36% de la población total de jóvenes, no es el Perú. Nuestro país tiene grandes desafíos a nivel descentralizado que van desde el orgullo que manifestamos por nuestras culturas hasta -previsiblemente- temáticas relacionadas a la integridad y la democracia. Javier Ichazo, presidente del Comité Organizador del CADE Universitario mencionó en una entrevista: “Yo creo que los jóvenes son el presente, no el futuro del Perú”. Ciertamente, la realidad pinta un país que demora mucho, a veces demasiado, en llevar estos temas a foros más allá de ágoras capitalinas.
En 2023, conscientes de esta realidad, activamos una réplica de esta experiencia en Zegel Iquitos junto al inspirador equipo de CADE Universitario Descentralizado con líderes de alto nivel que crearon un ambiente más que propicio para cuestionarnos sobre la democracia, integridad y valores de la región en cuestión.
Este 2024, así como seguiremos llevando educación superior de calidad a las diferentes regiones del Perú, también insertaremos la urgente necesidad de poner en acción planes que soporten una agenda de desarrollo y oportunidades a nivel local a través de las réplicas del CADE Universitario en Piura, Ica e Iquitos.
Esta experiencia que potencia la descentralización y el cuestionamiento sobre aspectos tan relevantes como la integridad y la ética, no solo beneficia a universitarios, sino a jóvenes de todo el sistema educativo superior, incluyendo a los institutos y escuelas tecnológicas, que tienen un papel fundamental en el desarrollo de sus regiones.
Proximos eventos
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Juventud peruana: en busca de un nuevo despertar político
Datos y cifras sobre un grupo etario que, desde afuera, se percibe cada vez más alejado del país y sus problemas. ¿Por qué? ¿Qué tan cierto es? Martín Tanaka comparte su mirada.
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La última gran intervención ciudadana de los jóvenes en el Perú sucedió en noviembre de 2020. En aquel momento, el país enfrentaba una cuestionada vacancia presidencial que nos dejaba en la orfandad política, y para colmo de males, en medio de la pandemia de COVID-19. Las masivas jornadas de protestas terminaron con dos civiles muertos y la posterior renuncia del presidente interino Manuel Merino. Y aunque parezca una contradicción, ya desde entonces la juventud peruana era señalada por su aparente falta de interés en los grandes problemas que aquejan al país.
Según la Secretaría Nacional de la Juventud (Senaju) del Ministerio de Educación, en 2022 los jóvenes entre 15 y 29 años superaron los 7'875,000 personas, es decir que conforman casi un cuarto de la población peruana. Es más, en las Elecciones Regionales y Municipales 2022, los electores entre 18 y 29 años representaron el 27.4% del padrón electoral. Un bolsón de votantes que representa un desafío para el Estado y las instituciones que la conforman.
¿DESAFECCIÓN O DECEPCIÓN?
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Al respecto, dos recientes encuestas de Ipsos aportan datos que ahondan en esa desafección política que ronda a quienes más pronto que tarde deben tomar las riendas del país. La primera de ellas pregunta: ¿Cuál es tu relación con la actividad política?, el 63% respondió que no participa en actividades políticas, pero que sí le interesa hacerlo. Por el contrario, el 25% señala que no participa en actividades políticas ni está interesado en ellas. Finalmente, el 10% asegura ser simpatizante de algún partido político y solo el 2% admite pertenecer a alguno.
Para el politólogo y director de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la PUCP, Martín Tanaka “existe en la juventud mucho escepticismo y mucha decepción con el mundo de la política. Pero creo que al mismo tiempo existe un núcleo de jóvenes en las universidades, en diferentes lugares del país, que se rebelan frente al estado actual de las cosas, que sienten que pueden y deben hacer algo por su país, que no pueden dejarlo abandonado en manos de quienes están tomando actualmente las decisiones”.
Como ejemplo de ese compromiso con el país, Tanaka hace hincapié en la inesperada manifestación de 2020 que detallamos al inicio. “Usando medios alternativos, los jóvenes demostraron tener una fuerza política capaz de ser contundente y hacer caer a un presidente. Ahora tenemos la sensación de que estos mismos jóvenes están lejos y son indiferentes. Creo que lo que pasa es que en este momento no se ven alternativas. Hay muchos jóvenes que hacen activismo en sus barrios y realizan acciones de solidaridad que no necesariamente se están canalizando políticamente, pero hay una energía latente que entre todos tenemos que colaborar para que emerja y se haga más visible”.
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NUEVAS SENSIBILIDADES Y RIESGOS
La segunda encuesta de Ipsos, realizada hace solo algunos días, interroga a los encuestados, entre 18 y 25 años, sobre la frecuencia con la que se informan en política. Los resultados arrojan que un 50% lo hace ocasionalmente, un 29% de dos a tres veces por semana, un 13% diariamente, un 5% responde que varias veces al día y solo un 3% señala que nunca. De otro lado, siguiendo el informe del Senaju, el porcentaje de jóvenes que participa en algún tipo de organización o asociación en pro de su comunidad oscila en 6%.
¿Esta aparente indiferencia puede catalogarse como generacional? Le consultamos al profesor de la PUCP. “El desapego es generalizado. Es una sensación de impotencia de ver que ocurren cosas que no nos gustan y que no podemos evitar. Entonces, si siempre están pasando cosas malas y no lo podemos resolver, la respuesta está siendo: refugiémonos cada uno en lo que estamos haciendo porque lo colectivo, lo más grande estaría perdido. Este es un sentimiento muy fuerte en los jóvenes. Creo que hay nuevas sensibilidades en torno a temas de igualdad de género, respeto a la naturaleza, al cuidado del medioambiente. Los chicos están destinando sus energías por esos lados”.
Los riesgos que implican el hastío hacia la política no son pocos. Y para ser más exactos, no solo ponen en peligro la democracia peruana. El caso argentino, donde se dice que el voto joven no solo fue determinante en las últimas elecciones, sino que fue utilizado y engañado enciende las luces de alarma. “Existen riesgos de que aparezcan liderazgos autoritarios y extremistas. El escepticismo y la desconfianza con el sistema y las instituciones en general es tan grande que esto podría hacer creíble un discurso que promete romper con todo. El riesgo es que las decisiones del voto se tomen con criterios exclusivamente emocionales, que prime la rabia, el rechazo, la negatividad antes que buscar las propuestas y liderazgos más concertadores. Ese es el gran dilema que vamos a enfrentar en el próximo proceso electoral. Estamos hablando de Argentina, pero es algo que está pasando en todo el mundo”.
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NO TODO ES NEGRO
Así las cosas, ¿podemos tener esperanzas de un nuevo despertar político de la juventud peruana? “A estas alturas —sostiene el politólogo— va a ser difícil por un buen tiempo que el interés en lo público se canalice a través de la militancia de un partido político. Pero lo que sí vemos es a jóvenes interesados en la mejora de la calidad de la enseñanza universitaria, sí encontramos jóvenes interesados en mejorar el nivel de vida de sus barrios, que están vinculados en causas específicas como la lucha contra de la violencia de género y por la igualdad de género. Por ese lado es que vamos a verlos, participando a través de la defensa de causas, de banderas específicas antes que a través de la estructura partidaria”.
La primera condición para lograr que este grupo etario vuelva los ojos a la realidad política que vivimos es darles espacios para expresarse. “Para empezar los tenemos que convocar y luego escuchar, pero no de una manera ritual, ni por cumplir. En el mundo público y político no son escuchados, ni por el Gobierno ni por el Congreso. Por eso es que iniciativas como este CADE Universitario son muy valiosas. Cuando se abren espacios serios de participación y de escucha aparecen siempre ideas, liderazgos interesantes. Está en la cancha de las autoridades y de las instituciones recoger esas inquietudes y encaminarlas”.
Sentirse ignorados o que no son tomados en serio, sumado a la falta de mecanismos que aseguren la participación de los jóvenes en la vida democrática, son algunas de las causas que han provocado este alejamiento de las nuevas generaciones. Quizás todavía no comprendemos que ellos ven el mundo y al país de una manera muy diferente, que su relación con el poder y el Estado ha sido lacerante.
“Nuestros jóvenes han estado muy marcados por experiencias terribles, de presidentes que terminaron encarcelados o investigados por denuncias de corrupción. Hemos vivido decepciones muy fuertes y muy seguidas. Ellos se han formado en ese entorno y eso nos lleva a este momento de confusión. Hay una frase que voy a utilizar en mi presentación y es que estamos viviendo una especie de etapa depresiva en nuestra vida democrática, donde vemos todo negro. Por eso actividades como las del CADE nos ayudan a romper ese aislamiento que sentimos, a ver que el panorama no es tan negro, que siempre hay oportunidades y ojalá que podamos avanzar en esa dirección”, concluye Tanaka.
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“Los jóvenes tienen un rol crucial como agentes de cambio”
Conversamos con Mariella Paredes, directora de Asuntos Públicos, Comunicación y Sostenibilidad de Arca Continental en Perú. Ella es, además, una de las expositoras del segundo día del CADE Universitario.
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¿Qué la motiva a participar en este evento?
Creo que los jóvenes tienen mucho que decirnos y nosotros, que tenemos el camino un poco más recorrido que ellos, mucho que compartirles. Estos espacios nos permiten ambas cosas y es muy motivador poder ser parte de ello. Creo firmemente que estos espacios son transformacionales. Espacios como el CADE Universitario te brindan justamente esa posibilidad, de compartir y aportar al desarrollo de los jóvenes profesionales.
¿Cuál considera que es el principal desafío u obstáculo que enfrentan los jóvenes hoy en día?
La brecha entre la formación académica y las demandas del mercado laboral. Muchos jóvenes tienen dificultades para encontrar empleos, en parte porque no pueden aplicar lo aprendido durante su formación universitaria a puestos de trabajo que demandan competencias y conocimientos específicos. Frente a este desafío las empresas pueden tomar un rol mucho más activo.
¿Ustedes tienen algún programa al respecto?
En Arca Continental en Perú tenemos un programa que se llama Acelera tu Futuro, el cual está diseñado precisamente para cerrar esta brecha. A través de esta iniciativa ofrecemos formación práctica sobre los procesos de la empresa, mentoring y oportunidades de empleo a jóvenes talentosos de diferentes regiones del país.
¿A qué le atribuye el actual desinterés de la juventud peruana en la política y en los grandes problemas del país? ¿Cuál es el verdadero rol que deben cumplir?
Puede atribuirse a la falta de confianza en las instituciones o la falta de información. Los jóvenes tienen un rol crucial como agentes de cambio, deben ser protagonistas activos en la vida social, involucrándose en procesos que les permitan influir en las decisiones que afectan su futuro y el del país. Es importante fomentar un ambiente donde sus opiniones sean respetadas y consideradas, y donde también aprendan a valorar las opiniones de los demás desde la empatía, algo que creo aún debemos trabajar más como país.
¿Qué papel desempeña la universidad en el despertar de la conciencia política y social de los jóvenes?
La universidad, además de formarnos académicamente, nos forma como ciudadanos. Las casas de estudio deben proporcionar espacios de debate, reflexión y participación en temas de interés, alentando a los estudiantes a involucrarse en iniciativas desde un rol más crítico. En ese sentido, aplaudo iniciativas como el CADE Universitario, que genera justamente estos espacios de reflexión.
Desde su mirada, ¿es posible que cada vez más jóvenes desempeñen una ciudadanía activa? ¿Qué nos falta?
Más que posible, diría que es algo necesario. Para lograrlo, es crucial fortalecer la educación cívica y crear más oportunidades de participación real en espacios de diálogo, desde la academia e, inclusive, desde las empresas. Se deben fortalecer espacios y alianzas entre instituciones académicas y las organizaciones para poder contribuir responsablemente en la formación de los jóvenes.
Sostenibilidad: Una estrategia de transformación
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En un mundo cada vez más consciente de los retos ambientales y sociales, la sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad para todas las empresas. Ya no se trata de una cuestión de imagen o responsabilidad social, sino de un camino indispensable para garantizar la viabilidad y el éxito a largo plazo.
Es así que Gloria define su estrategia de sostenibilidad sobre cuatro ejes fundamentales: Nutrición para todos, Protección del Planeta, Crecer Juntos y Transparencia. A través de dichos pilares, la empresa busca construir un futuro más próspero y sostenible para las comunidades donde opera y para el planeta en su conjunto.
Nutrición para Todos
En línea con su propósito de combatir los retos nutricionales de América Latina y el mundo, la empresa no solo asegura la calidad nutricional y asequibilidad de sus productos, sino que va más allá a través de la promoción de la seguridad alimentaria mediante diversos programas que van desde la investigación e innovación para el desarrollo de productos nutritivos, acciones de comunicación e información dirigidas a los consumidores para promover la importancia de la buena nutrición, hasta proyectos de mejora de la alimentación en sectores que integran la base de su pirámide poblacional.
Durante el 2024 Gloria busca continuar ampliando la llegada de estas acciones. A inicios de mes la empresa lanzó una nueva edición del programa “Nutriendo al Perú con Gloria” en Antioquia donde se espera replicar los exitosos resultados obtenidos en anteriores comunidades, en las cuales se logró capacitar a padres y madres de familia en buenos hábitos de nutrición, manipulación de alimentos y preparación de platos con alto contenido nutricional.
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Protección del Planeta - compromiso con el cuidado del medio ambiente
Gloria cuenta con procedimientos rigurosos para la optimización del uso de los recursos hídricos y energéticos. Desde una adecuada planificación estratégica, en lo referido a las prácticas productivas, hasta la identificación de oportunidades y promoción del cambio de matriz energética, la economía circular y la logística inversa. Todo ello permite a la empresa una significativa reducción en sus emisiones, una mayor eficiencia en el uso de energía y la reutilización de los materiales y recursos, alargando así su vida útil y minimizando pérdidas. Muestra de ello es el reciente reconocimiento logrado por la empresa en el 2023 gracias a la ejecución de 15 proyectos simultáneos que permitieron un ahorro significativo del recurso hídrico en todos sus procesos productivos, así como el uso de energías renovables en sus operaciones.
Crecer Juntos - Crecimiento y desarrollo de nuestros grupos de interés
A través de acciones relacionamiento e interacción con sus grupos de interés, Gloria reafirma su compromiso con la generación de oportunidades de desarrollo conjunto. Un ejemplo, en referencia a sus consumidores, es su dedicación a la elaboración de productos accesibles, asequibles y nutritivos, fruto de procesos de investigación e innovación continuos, que ha permitido a la compañía promover la seguridad alimentaria y la lucha contra la anemia y la desnutrición. Por otro lado, Gloria lleva también a cabo programas en favor de sus proveedores ganaderos de manera sostenida, tales como la promoción de la cadena de frío en base a energía solar; planes de formación y mejora de capacidades para distribuidores y bodegueros; y un plan de bienestar, desarrollo profesional y promoción de la seguridad para sus colaboradores.
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Transparencia – trazabilidad de insumos y productos
La empresa ha redoblado los esfuerzos para que sus diferentes grupos de interés conozcan de sus operaciones, desde el acopio de la leche (insumo principal) y las actividades de producción hasta la comercialización de sus productos. Ello ha implicado el desarrollo e implementación de procedimientos, políticas internas y software especializado que permite a los grupos de interés internos y externos de Gloria conocer el origen de la leche que consumen, los procesos utilizados para su elaboración y los esfuerzos, reflejados en sus certificaciones, que la empresa lleva a cabo para asegurar la calidad e inocuidad en toda su cadena productiva.
Es así que, a través de sus acciones, Gloria se compromete a generar un impacto positivo en las comunidades y el medio ambiente a través una visión donde la nutrición, el bienestar y el progreso conjunto van de la mano.
Jóvenes, un llamado a la acción
Menos ocio en las redes sociales, más compromiso con los problemas y las posibles soluciones del país, es una de las convocatorias que Shack —expositor de CADE Universitario— hace a los más jóvenes.
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Desde hace una década se acentúa el deterioro económico, social, moral y político del país, lo que se evidencia en altos niveles de corrupción en las instituciones públicas, en el aumento de la incapacidad en la gestión estatal y lo más lamentable, en una sociedad indiferente y decepcionada del Estado que no responde con la efectividad que debiera ante las necesidades básicas de la población.
Veamos algunas las cifras: de 32 países americanos evaluados por Transparencia Internacional, nos ubicamos en el puesto 23 con mayor percepción de la corrupción, es decir, entre los 10 primeros más corruptos; en inseguridad, más del 80% de la población peruana percibe que puede ser víctima de la delincuencia, es decir, vivimos con miedo. Igual de grave son los resultados de la última prueba PISA, que revelan grandes deficiencias de nuestros escolares de pensar creativamente, encontrándose el Perú en el último lugar en Sudamérica.
Si estas alarmantes cifras no llaman nuestra atención como ciudadanos que pertenecen y aman al Perú, entonces parece que vivimos en el lugar equivocado. La solución para algunos podría ser muy fácil, irse a otro país. Pero, quienes amamos realmente al Perú, nos quedamos y luchamos por una mejor nación, más unida y solidaria, comprometiéndonos con su desarrollo.
Y aquí mi llamado a los jóvenes que se deciden por el Perú. Como ya hemos dicho, el principal problema estructural del país es la corrupción; un grave problema que nos ocasiona un altísimo perjuicio, porque es como una enfermedad mortal que se contagia muy rápido.
Para cortar el círculo vicioso de la corrupción, el Perú necesita de jóvenes ciudadanos formados e informados, que conozcan la realidad nacional y entiendan la problemática del país en su conjunto. No podemos estar ajenos a lo que sucede día a día en las regiones, provincias y distritos, en el interior del país. Lo que sucede en Puno, Ayacucho, Loreto y Lambayeque también debe interesarnos. Si en el norte del país se desbordan los ríos e inundan casas, colegios, avenidas, no podemos ser indiferentes; tenemos que ponernos en los zapatos de nuestros semejantes, esta es una actitud fundamental sin la cual no será posible salir de la situación en la que nos encontramos.
En segundo lugar, los jóvenes deben conocer cómo funciona la administración pública, esto es básico. Prestemos atención cuando nuestros maestros nos explican cómo funciona el Estado, las funciones y la importancia de los poderes del Estado, del Ejecutivo, Legislativo y Judicial y de los organismos constitucionalmente autónomos, como la Contraloría General de la República. ¡No podemos estar ajenos a esto!
Y en tercer lugar, un llamado a los jóvenes a formar parte de la actividad política en nuestro país para impulsar un Estado con integridad y sin corrupción. Para impulsar ese Estado que queremos es necesario, primero, fortalecer la institucionalidad de los partidos políticos. No hay democracia real sin partidos políticos sólidos y reducidos en número. Tenemos que revalorar la política, distinguiendo como se dice en la lengua anglosajona, la Polity (las reglas de funcionamiento de las instituciones políticas), de la Politics (la actividad de hacer política) y de la Policy (el diseño e implementación de las políticas públicas en concreto). Se requieren competencias adecuadas en todas y cada una de estas tres esferas de la política.
Evidentemente, es más fácil perder nuestra atención en las redes sociales, en los programas de entretenimiento que nos ofrece la televisión, que aparentemente nos relaja, pero ello trae consecuencias, no solo a nivel individual, sino a nivel colectivo. Si la gente buena no se involucra con el Estado, lo harán indefectiblemente los otros, y eso es abrirle las puertas de nuestras casas a la corrupción y permitir que nos roben, que nos quiten oportunidades, que destruyan nuestras tierras, menoscaben nuestra identidad y que nos obliguen a irnos del país. ¡No lo permitamos! Jóvenes, sean parte de la solución y no solo del problema.
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