‘Buenas noticias’: El proyecto de danza comunitaria llega a Satipo

‘Buenas noticias’ es una extraordinaria experiencia de danza y arte, creada por iniciativa de asociaciones de familiares de víctimas de la violencia en el Perú. Junto con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Teatro La Plaza y Sala de Parto, llega a su tercera edición, este sábado 26 de noviembre con la presentación de ‘Cuerpos Que Se Mueven Para Cuerpos Que No Están’, performance de danza realizada por mujeres de diferentes comunidades pertenecientes a la Federación Regional de Mujeres Asháninkas, Nomatsiguengas y Kakinte de Satipo (FREMANK).

La presentación se llevará a cabo en el Parque Ecológico de Mazamari, a las 4:30 P.M., sumándose a las expresiones por el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.

En anteriores ediciones de ‘Buenas noticias’ participaron mujeres de diferentes lugares del Perú que, durante los años del periodo de violencia, entre 1980 -2000. En esta ocasión son mujeres indígenas de la selva central que vivieron en carne propia el flagelo de lo que ellas denominan la ‘emergencia’. La muerte y desaparición de sus seres queridos las marcó para siempre. Sin embargo, ellas también guardaron recuerdos de los episodios felices que vivieron a pesar de la ausencia. Comunicarse con sus seres queridos, a través del lenguaje del cuerpo, compartiéndoles mensajes de buenas noticias sobre los acontecimientos que pasaron en sus vidas desde la última vez que los vieron, ha sido uno de los grandes logros de este proyecto.

Con la dirección artística de Alejandro Clavier y la dirección de coreografía de Mónica Silva Macher, el proyecto desarrollado en la provincia de Satipo incluyó dos talleres de danza en setiembre y octubre, previos a esta presentación. El trabajo se enfocó en la danza como un lugar colectivo, un espacio de reunión, de sanación y bienestar, en el que las participantes pudieron encontrar una forma de aliviar el dolor y la pena de la ausencia, a través de la expresión del cuerpo en movimiento.

Las participantes crearon en medio de su propio entorno natural, en algunos casos cerca del río, con la fuerza de su simbología. Las mujeres se conectaron con sus memorias y compartieron sus historias como parte de un proceso de reparación. Se fue desarrollando una gestualidad, simbolizando la vida en el cuerpo. Luego se tradujo al movimiento, a una expresión física a partir del testimonio. Ellas mismas crearon los cánticos, los movimientos y sus propias vestimentas para esta presentación.

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