“Tengo caseritos que me dicen que las donuts les encanta, lo hacemos con mucho cariño”, agrega. Este negocio empezó durante la pandemia, y lleva en Perú los últimos cuatro años, en los cuales, tras muchos obstáculos, sigue esforzándose para ampliar el negocio. “Mi sueño es tener un local físico, un lugar donde montar una empresa, en donde también pueda hacer panetones, es mi objetivo, me encantaría”, comenta.