Cuestionada obra. Se removió tierra y piedras para colocar tres niveles que permitan instalar sobre esa edificación una piscina. (Foto: Miguel Idme /Perú21)
Cuestionada obra. Se removió tierra y piedras para colocar tres niveles que permitan instalar sobre esa edificación una piscina. (Foto: Miguel Idme /Perú21)

La zona monumental del distrito de Mejía, en la provincia de Islay, en la región , la cual es considerada Patrimonio Cultural de la Nación, es alterada por uno de los vecinos, quien decidió erosionar parte del acantilado para instalar su piscina.

La protección del Centro Poblado Histórico y Monumental de Mejía fue dispuesta por el Instituto Nacional de Cultura el 9 setiembre de 2009. El reconocimiento fue emitido porque el balneario alberga 33 inmuebles de valor monumental, incluido el malecón y su entorno de influencia. Se trata de casas edificadas después de la Guerra del Pacífico.

Precisamente parte del malecón viene siendo atacado por Lucho Bedoya Espinoza, propietario del inmueble ubicado en el lote 18, manzana S, quien decidió hacer modificaciones en su vivienda, lo que incluyó tapar, con ladrillo y cemento, la visibilidad del acantilado.

Los trabajos se iniciaron en agosto de este año. Las obras contemplaron remover grandes cantidades de tierra y piedras para colocar tres “sótanos” que le permitan instalar sobre esa edificación una piscina.

Bedoya Espinoza, en diálogo con Perú21, señaló que su propiedad no es parte del acantilado y que no está atentando contra el Patrimonio Cultural de la Nación; además, aseguró que existe otra propiedad frente a ella que bien puede hacer una edificación de hasta siete metros de alto, lo que también obstruiría la visión del malecón.

Al respecto, el ingeniero civil Alonso Morisaca Sotelo precisó que parte del atractivo de la zona monumental de Mejía son sus acantilados. En ese sentido, la construcción emprendida por Lucho Bedoya perjudica el paisaje urbanístico arquitectónico.

Otro de los cuestionamientos es sobre los sótanos instalados. El ingeniero Ángel Cáceres Cáceres explicó que las estructuras construidas no podrían llamarse sótanos, debido a que no son subterráneas. El especialista también critica el tipo de construcción. Señala que un sótano debe ser una sola estructura enmallada y de cemento, y debe tener un grosor superior a los 20 centímetros; las paredes levantadas por Bedoya Espinoza son de ladrillo y no tendrían un ancho mayor a 15 centímetros.

TODOS LOS PERMISOS

Pese a las críticas, el propietario del inmueble señaló que su proyecto cuenta con todas las autorizaciones.

Efectivamente, logró permisos de la Dirección Desconcentrada de Cultura y obtuvo la licencia de construcción de la Municipalidad Distrital de Mejía en 2018. “Adicionalmente el proyecto ha conseguido permisos del Colegio de Ingenieros y del Colegio de Arquitectos”, expresó.

Según indica, la oposición al desarrollo de su proyecto inmobiliario viene de sus vecinos. Incluso señala que sufrió actos vandálicos. No obstante, el deterioro al acantilado de Mejía y el atentado contra la zona Monumental es evidente y el pueblo está indignado.

La zona monumental de Mejía es la cabecera del Santuario Nacional Lagunas, el cual es considerado uno de los humedales más importantes de la costa peruana.

El atentado a los bienes protegidos es sancionado. La Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación dispone que las Direcciones Desconcentradas de Cultura están en la facultad de ordenar la paralización y la demolición que causen perjuicio.

El Ministerio de Cultura tiene la palabra.

TENGA EN CUENTA

-Otro de los cuestionamientos a las obras en este predio es el área libre. Los trabajos de construcción se efectúan en toda la extensión del inmueble y no se estaría dejando el 40% de aire libre que se establece para las zonas de reglamentación especial, como es el caso del distrito de Mejía.

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