José Abelardo Quiñones se inmoló un 23 de julio de 1941. (Perú21/FAP)
José Abelardo Quiñones se inmoló un 23 de julio de 1941. (Perú21/FAP)

“Habiendo recibido la orden de regresar a Chiclayo y ser reemplazados por un material de muy pobre rendimiento… me atrevo a sugerirle y rogarle encarecidamente que me solicite para servir directamente bajo sus órdenes…
Rogándole disculpe la forma de dirigirme a usted y esperando interprete el deseo ardiente de un oficial subalterno de servir a su Patria”. Este es un extracto de la carta, con fecha 13 de julio de 1941, en la que el entonces teniente pide permiso al jefe del Estado Mayor del Teatro de Operaciones del Norte, teniente coronel Manuel Odría, para acudir a la batalla Zarumilla, Tumbes, y luchar en el conflicto armado ante Ecuador, pese a que tenía la orden de replegarse a su natal Chiclayo.

El permiso le fue concedido. Diez días después, la mañana del 23 de julio, Quiñones, con 27 años, luchó hasta el final. El avión que piloteaba fue impactado por las fuerzas ecuatorianas y él, en lugar de ponerse el paracaídas y saltar, dirigió su nave contra las baterías antiaéreas enemigas.

Ese fatídico día piloteó el caza North American NA-50, matrícula XXI-41-3, un avión moderno para su época. Hoy solo queda un ejemplar en el mundo y se encuentra en la base Las Palmas de la Fuerza Aérea del Perú, en Surco. Ahora la misión es que esa nave, que también fue piloteada por Quiñones durante el conflicto, vuele en el bicentenario en homenaje a nuestro valeroso piloto, que un día como hoy, en 1966, fue declarado héroe nacional y Patrono de la Aviación Militar Peruana.

ES UN GRAN RETO

La nave pertenece a un lote de siete unidades que el Gobierno peruano compró en 1939 a la empresa North American Aviation y no ha surcado cielos hace casi 80 años. “No se hicieron más pues empezó la Segunda Guerra Mundial y se construyó otro tipo de naves. En 1941, empezó el conflicto bélico con Ecuador y eran los más modernos de esa época”, cuenta a Perú21 el teniente general Carlos Chávez Cateriano.

El proyecto ha suscitado interés en el mundo de la aeronáutica. La Asociación de Amantes y Expertos en Aviación e Industria Aeronáutica (EAA, por sus siglas en inglés), con sede en Wisconsin, Estados Unidos, y que agrupa a 250 mil socios, lo financiará y proveerá de expertos en reconstrucción de aviones históricos. Y es que en el Perú nunca se ha hecho un trabajo de este tipo, lo que constituye un gran desafío en el que participa un grupo de 13 expertos nacionales (FAP) y extranjeros. “Para la Fuerza Aérea, este proyecto busca identificar a la población con sus Fuerzas Armadas; para el sector privado, es el inicio de la industria aeroespacial; y para las instituciones académicas, es un aporte a la investigación y desarrollo”, explicó el ingeniero Pablo Valdivia, de la EAA-Chapter 1572 en el Perú.

El avión estuvo durante 54 años en un pedestal de la plaza principal de la base área y el 13 de diciembre de 2018 fue llevado a un hangar, donde viene siendo desmontado. En su reemplazo se colocará, en julio próximo, una maqueta en tamaño real hecha por alumnos de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) y Universidad Tecnológica del Perú (UTP). Será idéntica.

La nave reconstruida, en tanto, volará en 2021 en reconocimiento a la valentía del héroe nacional, y luego se guardará en un museo, que tendrá las condiciones para poderla preservar en el tiempo. Estará en la base de Las Palmas, su casa.

TAGS RELACIONADOS