La madrugada de este domingo 12 de enero comenzó con fuertes explosiones, como si de un ataque de Sendero Luminoso se tratara. Mineros ilegales derribaron con cargas de dinamita una torre de alta tensión de la minera Poderosa, en Pataz, La Libertad.
Y no fue una vez, ni dos, fueron tres. El primer estallido ocurrió a las dos de la madrugada y el segundo, aproximadamente, diez minutos después. "Utilizaron dos potentes cargas de dinamita para eso", revelaron fuentes a Perú21.
Personal del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) de Huamachuco viene investigando el caso.
"Las bases ya habían sido reforzadas con concreto previniendo un atentado de esa naturaleza", nos dijeron, aunque esa medida no evitó la caída. Sin embargo, gracias a los sistemas de emergencia sobre el suministro de energía, "la capacidad de operación de la mina no se vio afectada".
Este atentado a la torre de alta tensión de 60 kilovatios no fue un hecho aislado. En total, este fue el número quince contra la minera Poderosa.
Paralelamente a este condenable atentado, otro ataque se produjo en una bocamina, en el sector Carhuabamba, dentro de la misma concesión. Presumiblemente, los mismos responsables atacaron las operaciones de otro grupo de mineros ilegales, secuestrando a 17 trabajadores que estaban laborando ahí, produciendo un derrumbe en la entrada.
En las semanas previas, se habían incrementado los conflictos entre mineros ilegales por el control zonal. Según las fuentes, desde hace cuatro años, mineros ilegales han venido ocupando algunos territorios concesionados, sin que la Policía haga algo al respecto.
Este atentado llama la atención porque se da en medio de la ampliación del estado de emergencia, que no evitó que dichos grupos criminales derribaran la torre de alta tensión y atacaran la bocamina.
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