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Redacción PERÚ21

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Carlos Meléndez,Persiana AmericanaRecientemente se reveló el proyecto del gobierno de EE.UU. –¡vía USAID!– de impulsar un "twitter cubano" (ZunZuneo) que genere conciencia crítica en Cuba, donde la información es censurada por el régimen castrista. Del 2009 al 2012, Zunzuneo brindó información no controversial (clima, deporte) a más de 60 mil suscriptores con el objetivo de escalar a una siguiente etapa política, que promueva "smart mobs" (multitudes inteligentes) democratizadores: ciudadanos cubanos que al ritmo de la Charanga derroquen a la dictadura más longeva del continente. Esta estrategia de "cambio político desde abajo" parte de un supuesto inexistente en Cuba: una sociedad civil autónoma que, aunque no organizada, sea capaz de iniciar una ola movilizadora. Mientras que en los países árabes los vínculos religiosos sirvieron de capital social para la protesta, en la dictadura caribeña los lazos sociales independientes han sido destruidos por un Estado cooptador y represor. Sin sociedad civil ni liderazgos articuladores (Yoani es una socialmedia star, no una líder alternativa), cualquier estrategia 2.0 resulta naif.

No debemos obviar el tema de fondo: la intervención de Estados Unidos en la democratización de la isla. ¿Se justifican proyectos clandestinos (empresas con cuentas en Gran Caimán y servidores informáticos en Europa) a través de agencias de cooperación? Esta falta de transparencia –que USAID niega–, no solo deslegitima la promoción de la democracia y la ayuda humanitaria sino que, además, abre flancos a los críticos paranoicos del "imperialismo" gringo.