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Redacción PERÚ21

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Carlos Meléndez,Persiana AmericanaHace unos meses Correa anunció la explotación de 500 hectáreas del Yasuní, reserva natural que posee alrededor de 900 millones de barriles de petróleo. Esta decisión se tomó después de que fracasara la iniciativa mediante la cual el gobierno ecuatoriano solicitaba a la comunidad internacional 3,600 millones de dólares en compensación por la no explotación. Aunque Correa ha señalado que los réditos económicos se utilizarán para luchar contra la pobreza, la verdadera razón yace en el déficit fiscal producido por una burocracia estatal descomunal y deudas externas.

Como reacción, cientos de activistas promovieron Yasunidos, un colectivo que pretende detener la medida correísta utilizando mecanismos democráticos disponibles. Se requieren 500 mil firmas para convocar a consulta popular esta ley. El colectivo presentó 750 mil ante las autoridades competentes, quienes ya han anulado 70 mil aduciendo errores irrisorios (tipo de papel, manchas, impresiones chuecas, etc.). El sesgo oficialista de los verificadores hace que los activistas vigilen por turnos la protección y el respeto de su derecho.

Correa está en contra de esta consulta a pesar de que en 2011 la propuso. Aduce que los "tirapiedras" (sic) buscan politizar la demanda, cuando en realidad su terquedad lo hace. En el fondo, es un temor a una (segunda) derrota consecutiva (tras las elecciones subnacionales). Según encuestas, el 72% de ecuatorianos está a favor de cambiar la decisión de Correa sobre la explotación del Yasuní. ¿Corresponderá Correa el clamor popular?