¿Y ahora qué? (Foto: Piko Tamashiro / GEC)
¿Y ahora qué? (Foto: Piko Tamashiro / GEC)

Mientras una parte de la población celebra los acontecimientos del lunes, la otra condena la forma en la que procedió Vizcarra. El cierre del Congreso, como se vea, marca el inicio de un periodo de incertidumbre que pondrá en vilo la economía. Mirándolo así, resulta indispensable identificar cuál es la ruta que debe seguir el gobierno en materia económica.

Un punto clave a considerar es que la economía se viene frenando desde hace dos años, debido a la crisis política. Es ideal que el Ejecutivo dé un shock de confianza al sector privado, para lo cual la resolución positiva del conflicto de Tía María podría devolver parte de la confianza perdida por los inversionistas. Reducir la desconfianza empresarial debe ser una prioridad en adelante.

Otro aspecto crítico a tomar en cuenta es la pobre capacidad de gestión demostrada hasta el momento por el Ejecutivo. Por ejemplo, a tres meses de terminar el año, se ejecutó apenas el 55% de un presupuesto de S/116,000 millones. Otra muestra de ello es que, en lo que va de 2019, el Ejecutivo no ha adjudicado ningún proyecto de infraestructura de relevancia, como la Línea 3. Reactivar la demanda local es una necesidad.

Tal vez, el altísimo nivel de inoperancia de Vizcarra y compañía en materia económica se debió a la existencia de un Legislativo intransigente y obstruccionista; o quizá fue una mezcla de inexperiencia, falta de capital humano y de voluntad. Inevitablemente, el actual presidente enfrentará una coyuntura económica local difícil y ya no tendrá excusas para hacerse de la vista gorda con la economía. Algunas interrogantes quedan en el aire: ¿quién encabezará el Ministerio de Economía y Finanzas?, ¿qué tipo de políticas fiscales expansivas implementarán?

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