Conversábamos en la columna anterior sobre la importancia de la prevención de las crisis cuando un paciente presentaba más de cuatro días de dolor al mes o estos dolores duraban dos o tres días o que por su intensidad eran muy discapacitantes. Ese paciente debe recibir tratamiento para prevenir sus dolores. También hablamos de la importancia de las medidas no farmacológicas para el control de las crisis de migraña. Una acompaña a la otra.
Hoy tocaremos la prevención farmacológica de la migraña. La prevención farmacológica de la migraña, debido a los avances de la ciencia, se divide hoy en tratamiento no específico o clásico y tratamiento específico para el control de los episodios.
El tratamiento clásico, como mucho en medicina, es producto de la observación de tratamientos que inicialmente no era para prevenir migrañas, pero que con el transcurrir del tiempo, se vio que en esos pacientes disminuían los días de dolor. Así es como hoy se prescribe el propanolol o el metoprolol, dos betabloqueadores usados para bajar la presión arterial o controlar las arritmias cardiacas. Estos dos medicamentos son excelentes preventivos para la migraña que se usan de primera línea.
Los pacientes se sorprenden cuando se les prescribe topiramato, valproato o en casos especiales, lamotrigina. ¡Pero si son medicinas para la epilepsia y Yo no tengo epilepsia! Toca explicarles el racional detrás de esto. O cuando se receta venlafaxina o amitriptilina y el paciente nos dice que no se siente deprimido.
Todas estas (y algunas otras medicinas) pueden usarse para disminuir la frecuencia, intensidad y duración de los episodios de migraña que es nuestro primer objetivo. Si en el camino desaparecen, ¡aún mejor!
Este tratamiento clásico, y eso hay que explicarlo claramente, toma un tiempo en comenzar a surtir efecto. Entre 4 a 6 semanas en promedio para llegar a su mejor efecto. Por eso el médico y el paciente deben tener paciencia. Es frecuente escuchar en el consultorio que el paciente deja el tratamiento a las dos semanas porque “no funciona”. Y efectivamente, no se espera que tan pronto comience a funcionar. A ese paciente no se le explicó bien el objetivo del tratamiento, y ese es un error frecuente que debemos mejorar.
Una situación que se ha visto y descrita en sendos artículos sobre migraña, es que los pacientes en el tiempo dejan el tratamiento, pues no toleran los efectos secundarios. Por esto se ha seguido buscando nuevas alternativas de tratamiento y hoy tenemos los anticuerpos monoclonales y los gepants, de los cuales hablaremos en la siguiente columna.
Lo importante es que hoy tenemos muchas armas para poder controlar los episodios de migraña. Consulte con su médico.