Vraem

“En ese mismo sentido, la carretera Atalaya - Puerto Ocopa- Mazamari de 140 kilómetros de largo es vital para darle salida a la producción de cacao de Atalaya”.

La cuenca hidrográfica de ceja de selva de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro se conoce como el valle del Vraem, un área gigantesca de enorme potencial agrícola, conformada por las provincias de La Mar y Huanta en Ayacucho, así como Satipo en Junín y La Convención en el Cusco.

Esta vasta área agrícola con superlativo potencial para el cultivo de cacao, café y otros productos de agroexportación no puede desarrollar todo su potencial debido a la paupérrima infraestructura con la que cuentan. Esta situación hace que sacar la producción hacia los mercados más prósperos de la costa o para la agroexportación sea un verdadero desafío que castiga los márgenes de utilidad y resta productividad. ¡Solo llegar a la Marginal de la Selva es una proeza!

Mientras tanto, el gobierno se queda de brazos cruzados y no advierte que el cacao ha pasado a cotizar menos de S/7 el kilo a más de S/30, pero esto sirve de muy poco si es que nuestros productores no pueden maximizar sus beneficios, debido a las pésimas condiciones de infraestructura vial.

Por ello, es urgente un plan de desarrollo en ese sentido, tanto para lograr su potencial económico como humano. Este plan debería intervenir con puentes, pues, salvo el puente San Francisco, sobre el río Apurímac, toda la zona del Vraem carece de puentes y se debe cruzar el río mediante barcazas.

Se deben construir al menos cinco puentes, siendo el más importante el puente Nación Asháninca, de 1,330 m de longitud, en Satipo; seguido de un nuevo puente en Puerto Ocopa, que pueda operar todo el año —dado que hoy funciona parcialmente—, pues en época de avenida es superado por el caudal del río Perené.

En ese mismo sentido, la carretera Atalaya - Puerto Ocopa- Mazamari de 140 kilómetros de largo es vital para darle salida a la producción de cacao de Atalaya. Adicionalmente, es fundamental la prolongación de la carretera Marginal de la Selva desde San Martín de Pangoa hasta Ayna (puente San Francisco) de 170 kilómetros de longitud. Existe ya una vía afirmada en pésimo estado, que sería donde primero se tendría que intervenir.

Esto daría también una salida alternativa por Satipo de la producción de palta Hass, que con gran éxito se viene dando en San Miguel de La Mar y que hoy por hoy dependen de la ruta La Mar-Huamanga y la vía de Los Libertadores para sacar su producción a la costa.

Finalmente, estas obras no tendrían ningún sentido si es que la salud de los habitantes se encuentra en pésimas condiciones. Por ello, es muy necesaria la construcción del Centro de Enfermedades Tropicales en Satipo, debido a la alta incidencia de este tipo de enfermedades. No puede ser que los pacientes hoy deban ser traídos a Lima, principalmente al Hospital Cayetano Heredia.

El secular abandono del Estado al Vraem y a sus habitantes ha conllevado a que no prosperen oportunidades de desarrollo, afectadas, además, por el narcoterrorismo —del cual hablaremos en otro artículo—. Tomemos conciencia del problema y actuemos.

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