Sabemos que es garuar sobre mojado, pero la pertinaz insistencia de los hechos nos obliga a hacer sonar las alarmas una y otra vez. Conforme nos vamos acercando a la recta final de los comicios de enero próximo, desfila por el escenario electoral una variopinta troupe de candidatos que se distinguen por prolongar las malas prácticas y peores artes del viejo clientelaje republicano, con tal de ganarse algún voto que finalmente les franquee una curul en el hemiciclo de la Plaza Bolívar. No les interesa ni violar la ley electoral ni aprovecharse de la Navidad para lograr sus fines.
Al consabido pisco y la butifarra, estos imaginativos postulantes a padres de la patria por APP y Podemos les han añadido pollos a la brasa y rifas para canastas navideñas, como en su momento egregias damas limeñas de la así llamada alta sociedad arengaban a sus similares en las redes sociales a hacer donaciones para la campaña de Fuerza Popular, comprar víveres y medicinas y, debidamente embanderados, ir a “ganar votos” a los barrios populares.
Estos ejemplos, que son únicamente los botones de muestra, involucran a tres o cuatro organizaciones, pero lo cierto es que el mal está más que extendido en la política local y ni que se diga en la historia del Perú. De ahí que nuestra campaña #VotaBien vaya cobrando mayor vigencia a medida que los candidatos reconocidos por el Jurado Nacional de Elecciones salen a la palestra para desarrollar sus campañas, con promesas que a menudo no solo distan de cumplirse al llegar a la meta, sino que, además, no tardan en volverse contra los intereses de sus propios electores.
Es imperioso, por ello, llegar a conocer lo mejor posible a los candidatos a quienes endosaremos el voto, a través de la prensa seria y de la verificación de denuncias, antecedentes y trayectorias de cada nombre que comience a despuntarse del pelotón de listas y partidos, como nos comprometimos a hacer cuando lanzamos la iniciativa #VotaBien, que ustedes, nuestros lectores, han acogido con entusiasmo. Convengamos entonces en que el voto informado y meditado es el mejor regalo que le podemos hacer al país en esta Navidad.