[Opinión] Gabriel Ortiz de Zevallos: Lenguaraces para qué.  (Foto: archivo GEC)
[Opinión] Gabriel Ortiz de Zevallos: Lenguaraces para qué. (Foto: archivo GEC)

Dos declaraciones de Vladimir Cerrón, con un año de separación, definen su visión del poder y agenda. La de este jueves ha circulado bastante: , concluyó, recibiendo aplausos de un grupo reducido de seguidores. Antes había dicho que la lucha política debe ser “a muerte”.

De esa receta de cinco ingredientes, viene copando algunos ministerios, gracias al presidente. Con el clero no le va a ser fácil. El comunicado de la Conferencia Episcopal es inusualmente preciso y largo. Refleja un consenso e intención ya definidos. Con juicios a cuestas, no tiene control de los magistrados, pero ha logrado que filtren información sobre allanamientos, y también influencia en otras instituciones que impactan en procesos judiciales.

No es poco para nueve meses, y queda clara su estrategia, anunciada por él mismo a sus seguidores en un evento público. Hace un año, después de la primera vuelta, trascendió un video que causó revuelo: . El uso del término ‘confiscar’ refleja bien lo que distintos medios recogen sobre lo hecho por Perú Libre con el Gobierno Regional de Junín, que viene repitiéndose en el aparato estatal nacional en las carteras que dominan. En esa oportunidad dijo algo que obligó al resto del equipo en campaña a dar volantines argumentales: ().

¿Qué buscaba Cerrón al exponer una visión tan autoritaria del poder? Posiblemente su apuesta es a que el malestar social y protestas sean oportunidad para agudizar conflictos y viabilizar su plan maximalista de asamblea constituyente. El presidente ya anunció que presentará un proyecto de ley, pero no logrará los votos suficientes en el Congreso y será el pretexto para todas las falencias del gobierno.

El primer ministro se suma regando gasolina en un contexto cada vez más complejo. . La turbulencia tiene para rato, y aún si se estabiliza el avión, habrá que repararlo en vuelo y curar heridas. No hay hasta ahora, canal claro para el huaico que está embalsando la clase política con sus acciones y omisiones.