El presidente de la República, Martín Vizcarra, realizó una conferencia de prensa y hab{o sobre el rescate de la zona ‘La Pampa’ en Madre de Dios (Twitter: Presidencia del Perú)
El presidente de la República, Martín Vizcarra, realizó una conferencia de prensa y hab{o sobre el rescate de la zona ‘La Pampa’ en Madre de Dios (Twitter: Presidencia del Perú)

Esta semana, que comenzó con cambios en el gabinete y harto juicio político, un sector de la opinión pública –así como algunas tiendas congresales– han demostrado una fe prácticamente ciega en todas las decisiones que el presidente Vizcarra viene tomando. La explicación es, por supuesto, multicausal: muchos de los enemigos de Vizcarra son enemigos de terceros interesados, otros se han dejado seducir por la flauta de Hamelin del populismo y algunos más andan excesivamente optimistas cuando la realidad nos grita lo contrario.

Del Solar es un hombre preparado que, sin duda, representa un incremento sustancial en las capacidades de comunicación del gobierno. Ahora: lo importante estará en que el señor Del Solar tenga algo que comunicar, porque hay varias carteras ministeriales que están absolutamente retrasadas en la ejecución de su presupuesto. Del Solar debe ser una bisagra con el Legislativo, un gestor de los demás gestores y sobre todo una primera línea de un presidente que ha tenido un primer gabinete casi mudo y que no tiene una bancada solvente.

¿Podrá lograrlo? Ojalá. Por el bien del país y de todos los peruanos. Sin embargo, algunas voces han empezado a alzarse demasiado iracundas contra quienes hemos señalado alguna falla en el Poder Ejecutivo o en las acciones del propio señor Vizcarra. A nadie le cabe duda de que Vizcarra asumió una posición harto compleja en un momento muy complicado de nuestra Historia. Pero ya tiene allí un año y le quedan un poco más de dos. El presidente tiene una serie de roles que cumplir que la mera dialéctica en la que se ha visto enfrascado.

Vizcarra debería inaugurar una de las grandes obras mineras pendientes: Las Bambas, Quellaveco o el puerto de Chancay. La anemia tendría que bajar por lo menos 10 puntos porcentuales más entre los niños menores de 36 meses y la presencia del Estado tendría que fortificarse en una serie de aspectos que así lo demandan: la lucha contra los hermanos Quispe Palomino, el esfuerzo en contra de la seguridad ciudadana y la humanización de la salud que la ministra Tomas ha anunciado. Lo que no entiendo es por qué no se puede ser críticos.

No tenemos la oportunidad de conferirle al señor Vizcarra una nueva luna de miel con su nuevo gabinete. No podemos permitir un periodo de gracia a la mitad de un gobierno que va a definir si es que el Perú despega de la modorra que nos ha detenido en los últimos cinco años o si es que continuamos en este “modo avión” que no es nada más que un
fertilizante para radicalizarnos agazapados: la mejor forma de contribuir es criticar constructivamente, no aplaudir como waripoleras todo lo que se haga.

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