"No vamos a aceptar como Poder Ejecutivo que se usen mecanismos para tratar de disminuir el énfasis en la lucha contra la corrupción", señaló Vizcarra. (Foto: GEC / Video: Canal N)
"No vamos a aceptar como Poder Ejecutivo que se usen mecanismos para tratar de disminuir el énfasis en la lucha contra la corrupción", señaló Vizcarra. (Foto: GEC / Video: Canal N)

No es poca cosa cumplir un año en el sillón principal de Palacio de Gobierno y seguir contemplando la escena política desde las alturas de una aprobación superior al 56% en las encuestas, sin haber caído en la demagogia o el populismo grosero, más allá de que meses atrás la cumbre haya sido de mayor elevación.

Incluso si la leve curva de caída se sostuviera, el margen de acción presidencial todavía sería cómodo para enfrentar los nubarrones que se ciernen sobre el horizonte de la gestión de Martín Vizcarra, a saber el siguiente tramo en las investigaciones sobre Lava Jato, signadas por el reciente acuerdo con Odebrecht, que a toda costa se han querido tumbar el Apra y el fujimorismo.

Será la hora de mantener la firmeza en el apoyo a la lucha contra la corrupción, porque esta nueva ronda de interrogatorios sin duda desembocará en revelaciones más precisas sobre sobornos y trapicherías, ya con tantos nombres propios que faltarán embajadas a quienes los implicados puedan tocar el timbre para burlar así a la justicia, como ya intentaron antes.
En segundo término, pero de similar relevancia, están las tareas pendientes en torno a la economía, el destrabe de proyectos y la promoción de inversiones. Comparadas con la parálisis del año y medio que gobernó Pedro Pablo Kuczynski, las cifras ciertamente mejoraron, gracias a que el bloque opositor en el Congreso se deshilachó, primero, con el indulto a Alberto Fujimori y luego cuando la investigación del Ministerio Público alcanzó a la lideresa de Fuerza Popular, pero en ese rubro hay todavía una ruta que desbrozar: el país espera medidas concretas que pongan en marcha, otra vez, a los motores del crecimiento económico.

El presidente Vizcarra se dio maña para salvar la gobernabilidad del país, cuando los nombres –y las voces– de connotadas autoridades, respetados empresarios y egregios políticos aparecieron en los registros que llevan los fiscales anticorrupción. En ese sentido, y para coronar las dos tareas anteriores, nada mejor que llevar a buen término la reforma del sistema político y judicial del país, que el referéndum respaldó masivamente.

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