Vizcarra ha usado su bala de plata

A menos de un año del tormentoso proceso que vivió el país cuando se inició el debate por la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski, nuevamente los peruanos nos vemos envueltos en una crisis política que sabotea nuestro camino hacia el desarrollo.

Por un lado, el presidente Vizcarra y sus aliados en la cruzada por sacar adelante las reformas judicial y política que anunció el 28 de julio y someterlas a referéndum y, por el otro, la mayoría fujimorista del Congreso que no ha perdido la oportunidad de darle largas a la discusión y aprobación de las propuestas llegadas desde Palacio.

Es urgente contar con un renovado Consejo Nacional de la Magistratura.
La corrupción que carcomió esta institución fundamental para el funcionamiento del sistema de justicia es innegable. Ha debilitado la moral ciudadana y asestado un golpe contundente a nuestra institucionalidad. Hay consenso: no se trata del capricho de un jefe de Estado obsesionado con mantener un buen nivel de aprobación.

Esto parece no entenderlo Fuerza Popular. Sus voceros se contradicen. Primero aceptan la urgencia del tema, luego aluden que es una tarea que merece mayor tiempo de trabajo aludiendo que no son mesa de partes de Martín Vizcarra, a quien, además, acusan de “dictador” (Luis Galarreta, 14 de setiembre en Canal N).

Así las cosas, el presidente de la República ha anunciado ayer, luego de una reunión con su bancada y ministros, que se presentará una cuestión de confianza el próximo miércoles, fecha para la que convocará, a través de un decreto, una legislatura extraordinaria.

Vizcarra estaba arrinconado. Al margen de las discusiones que vendrán enseguida sobre si ha sido o no lo más correcto, o si la cuestión de confianza está ajustada o no a la Constitución, el mandatario ha disparado su bala de plata; el Perú necesita que dé en el blanco.