Vizcarra débil por un “swing”

El caso del “asesor” Swing pudo resolverse de otra forma; el problema fue la mentira y su encubrimiento. Aun sin vacancia, la credibilidad del presidente está afectada y exige transparencia, pero esta es la que no hubo, aunque pretenda victimizarse.

La relación con el Congreso está resquebrajada pese a que los congresistas deben su existencia a Vizcarra.

Las mentiras y traiciones del presidente parecen reiteradas: impulsó la vacancia de PPK desde la Embajada en Canadá (PPK renunció para evitarla); y coordinaría con FP para asumir la presidencia; luego se enfrentaron hasta disolver el Congreso.

En los audios se aprecia la intención de ocultar información e ingresos del Sr. Cisneros a Palacio. Ello revelaría al menos delitos de obstrucción a la justicia. No eran reuniones de trabajo, tampoco parecen un complot del lado oscuro.

Los audios mencionan a fiscales, empañando la transparencia de procesos en los que se investiga a Vizcarra. También se revelan temas personales que afectarían su imagen. Es discutible si las revelaciones ameritan vacancia.

La “incapacidad moral permanente” es subjetiva y discrecional. La Constitución determina que el Congreso decide con votos. ¿Cómo se configura lo permanente?

Más allá de las discusiones técnico/legales sobre causales de vacancia, estamos en crisis por la pandemia y en siete meses hay elecciones. En otro momento político/histórico otras pudieran haber sido las consideraciones.

Vizcarra enfrentará problemas de integridad y liderazgo, y acercándose las elecciones irá perdiendo relevancia. NO vacancia no es apoyo a su persona; fue cobijado por la pandemia para evitar mayor incertidumbre política y económica. Sin partido ni bancada, habiendo perdido su discutido entorno moqueguano, necesitará mucho “swing” en lo que resta del mandato.