(Renzo Salazar/Perú21)
(Renzo Salazar/Perú21)

Ya vemos que el referéndum convocado para diciembre no pasará ligerito.
Vizcarra ha sido claro al afirmar que apoyará las propuestas vinculadas al CNM, financiamiento de partidos y no reelección, pero también al decir que pedirá que se vote contra la reforma sobre la bicameralidad. No le falta razón. Lo aprobado en el Congreso no tiene nada que ver con lo que se propuso desde Palacio. Si bien la reforma plantea doble cámara, altera totalmente la facultad presidencial para presentar la cuestión de confianza, limitando su campo de maniobra y afectando el equilibrio de poderes.

Puede que esa fórmula legislativa final haya sido fruto de la negociación inevitable dentro del Congreso, pero eso no quita que lo aprobado sea una forma de chantaje. Tampoco es que la bicameralidad sea un asunto imprescindible como para que se justifique sacrificar tremenda tajada de poder presidencial.

Pero hay más. Las implicancias colaterales de la movida de Vizcarra han puesto a varios legisladores contra las cuerdas. Si no se aprueba la bicameralidad, pero sí la no reelección tal como está redactada, ningún legislador de este periodo podrá postular al Congreso en 2021. ¡Les saldría el tiro por la culata! El juego de palabras que habían utilizado para que la no reelección recién valga desde 2026, argumentando que la de 2021 no sería reelección porque estarían postulan a diputado o senador, y no a congresista, ya no les serviría de nada.

Mi impresión es que la mayoría legislativa no tenía calculado este giro. El texto que se votará el 9 de diciembre ya no se puede modificar, así que cuando la gente agotada se dé cuenta de que la única forma de evitar que este Congreso se reelija es votando contra la bicameralidad, el asunto estará saldado. En Palacio están siendo más astutos de lo esperado.