(AFP)
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El fútbol es como la vida. A veces ganas, a veces pierdes. En la vida también empatas con alguien. Tas con tas, de igual a igual, de tú a tú. La vida te da lecciones. El fútbol te da lecciones.

Las cinco pepas de Brasil fueron una lección. De la humillación al clímax. El fútbol te da sorpresas. La vida te da sorpresas, ¡oye, camará! El fútbol te enseña. Gareca te enseña. Gareca es maestro. Maestra vida, camará. Con una te quita, con otra te da. Tiquitaca. Gareca me hizo llorar de rabia cuando nos sacó de México. Gareca ha hecho llorar a mi hijo de la emoción dos veces. Rusia y Chile. Tas con tas.

La vida te da momentos hermosos, como el fútbol. Como el partido con Chile. Un partido perfecto.

El partido más hermoso que he visto jugar a Perú en toda mi vida. Pasar a la final gracias a ese partido. Ganarlo por goleada en los 90 minutos y sin tiempo extra. Tapar un penal. Acabar con tu clásico rival a punta de huachas y oles. No tiene precio. Hermoso. La vida es igualmente hermosa.

Como cuando ves a tu hijo besar la camiseta. Poder hacerle ver algunas lecciones y consolarle cada lágrima. Lecciones de vida como las que te da el fútbol. Recordarle que cuando nos caemos, como con el 5 a 0, nos levantamos hasta lo más alto y ganamos 3 a 0. Muerdes el polvo, tocas fondo y te levantas. Hoy Perú se vuelve a enfrentar a Brasil. Vas a cobrarte tu revancha. Como en la vida. La vida te da una segunda oportunidad siempre.

En la vida creces. Como en el fútbol. Como creció Perú en esta Copa América. La duda con Venezuela, el hipo con Bolivia. La amargura con Brasil, el aguante con Uruguay y la gloria con Chile. En el fútbol vas y vienes. Como en la vida. Como cuando vuelves. Las nieves del tiempo platearon mi sien para ver una final. Que es un soplo la vida, que cuarenta y cuatro años no es nada.

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