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Redacción PERÚ21

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Un año intrascendente, con aspectos más cuestionables que con puntos a favor, marcó el Congreso. No hubo calidad en el debate, pese a la importancia de los proyectos –como la modernización de la Refinería de Talara– porque los 'padres de la patria' demostraron su poco interés y falta de preparación, salvo contadas excepciones.

La polaridad entre oficialismo y aliados versus opositores se percibió con mayor énfasis durante el 2013. La frase Para mis amigos, todo; para mis enemigos, la ley fue una constante cuando el oficialismo protegía a los amigos.

Sin importar el cuestionamiento de la sociedad, Gana Perú y Perú Posible blindaron a Rennán Espinoza –reclamado por la justicia por delitos contra la administración pública y desobediencia a la autoridad– y a Emiliano Apaza –con condena judicial por contrabando– e impidieron procesos en Ética por el proselitismo con donaciones del Ministerio de la Mujer.

Los parlamentarios creyeron que un debate lo gana quien más alza la voz o insulta. Se batieron récords en pedidos de retiro de la palabra.

Para el oficialismo, los pedidos de interpelación fueron una ofensa. Para la oposición una pérdida de tiempo, porque ni se presentó cuando acudieron los ministros. Y la falta de quórum en las comisiones fue la regla.

REPARTIJALo más negativo: la repartija, denunciada por Perú21 en julio pasado. Las principales bancadas intentaron repartirse las designaciones pendientes en la Defensoría del Pueblo, el Tribunal Constitucional y el Banco Central de Reserva. Al final, el Pleno designó a los tres directores del ente emisor.

De otro lado, Omar Chehade –con su hermano condenado por el escándalo de Las Brujas de Cachiche– promovió el dictamen para restituir la bicameralidad.

En el interín, la nota triste fue el fallecimiento de Javier Diez Canseco.