El expresidente Alejandro Toledo empieza a ‘cobrarle’ al oficialismo su apoyo a nivel parlamentario y de gobierno. (M. Pauca)
El expresidente Alejandro Toledo empieza a ‘cobrarle’ al oficialismo su apoyo a nivel parlamentario y de gobierno. (M. Pauca)

Redacción PERÚ21

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Con prepotencia, argucias e interpretaciones antojadizas del Reglamento Interno del Congreso, la alianza conformada por Gana Perú y Perú Posible –a la que se sumó el solidario Martín Belaunde– consiguió ayer dejar sin efecto el pedido de facultades de la Comisión de Fiscalización al Pleno para investigar, por 120 días, "las presuntas irregularidades en la adquisición de inmuebles por parte del expresidente Alejandro Toledo y de otras personas vinculadas a él".

Adicionalmente, para determinar el origen de los fondos para la compra –a nombre de su suegra, Eva Fernenbug– de una residencia en Las Casuarinas, así como de una lujosa oficina, tres estacionamientos y un depósito en el distrito de Santiago de Surco.

En consecuencia, el grupo de Fiscalización queda, eventualmente, atado de manos para investigar al exmandatario. Podrá hacerlo, pero sin las prerrogativas para solicitar el levantamiento de su secreto bancario y de su reserva tributaria o, de ser necesario, requerir la comparecencia de grado fuerza de los involucrados en las indagaciones.

BLINDAJE OFICIALISTAEl burdo blindaje a Alejandro Toledo quedó al descubierto apenas iniciada la sesión de Fiscalización. El peruposibilista Modesto Julca, con el aval de los nacionalistas Rogelio Canches y Teófilo Gamarra, cuestionó primero que se haya exonerado de trámite la aprobación del acta de la sesión en la que se aprobó el pedido.

Su intervención generó la inmediata protesta en bloque de la oposición que, con documentos en mano, refutó sus críticas. Representantes de Fuerza Popular, Concertación Parlamentaria y Alianza Por el Gran Cambio, indistintamente, rechazaron la pretensión de Perú Posible (PP) de desconocer los acuerdos. Nada pudieron hacer, sin embargo, ante la superioridad numérica del oficialismo y sus aliados quienes, finalmente, lograron desestimar la aprobación del acta.

Pero ahí no quedó todo. Consciente de que este trámite no invalidaba la solicitud de facultades de comisión investigadora, Julca arremetió nuevamente. Esta vez poniendo en tela de juicio la validez de la votación al alegar que en ella había participado en forma irregular Pedro Spadaro.

Sus cuestionamientos, sin embargo, se quedaron sin piso al demostrarse que el voto del fujimorista no había sido consignado en el acta.

Jugando en pared con los nacionalistas, y con la bochornosa ayuda del vocero de su bancada, que en esos momentos tenía a su cargo la conducción del debate, el congresista acusó una supuesta persecución política contra Toledo. En ese contexto, indicó que la compra de inmuebles por casi US$5 millones fue hecha por la suegra de su líder, Eva Fernenbug, y no por él. "Él no está en investigación", subrayó. Minutos después, sin embargo, reconoció que el exjefe de Estado sí tiene un proceso abierto en el Ministerio Público.

Héctor Becerril, de Fuerza Popular, replicó que las indagaciones parlamentarias no obstaculizaban la labor de la Fiscalía. Yehude Simon, por su parte, reclamó que en aras de la transparencia se dé luz verde a la investigación a Toledo, quien –enfatizó– no tiene por qué hallarse exento de este tipo de trámites.

Juan José Díaz, a su turno, lamentó el blindaje de la alianza PP-Gana Perú, y precisó que si el exmandatario no ocultaba nada, no tenía por qué temerle al escrutinio congresal. Sus expresiones, empero, cayeron en saco roto.

A raíz de la arbitraria y deslucida conducción del debate por parte de Portugal, Perú Posible logró salirse con la suya y, en una confusa votación, realizada en medio de los gritos y las protestas de los fujimoristas, revocó el acuerdo para darle prerrogativas especiales al grupo de Fiscalización. Fuerza Popular anunció enseguida que pedirá la nulidad de la votación.

TENGA EN CUENTA

- Alejandro Toledo no ha dado la cara desde que salió a la luz pública la información sobre la compra de una residencia en Las Casuarinas por parte de su suegra, Eva Fernenbug, por un monto superior a los US$4 millones.

- En aquella oportunidad, solo emitió un comunicado en el que señaló: "Declaro, bajo juramento, que no tengo otra propiedad inmobiliaria más que la casa de La Molina y el inmueble de Punta Sal".

- El miércoles 8, sin embargo, se dio a conocer la adquisición de una lujosa oficina en Surco, también a nombre de Fernenbug.