Estas son algunas imágenes de ese encuentro. (Foto: EFE)
Estas son algunas imágenes de ese encuentro. (Foto: EFE)

En las últimas semanas, luego del alzamiento de Leopoldo López y Juan Guaidó contra Maduro, la dictadura venezolana ha sido implacable para reprimir a manifestantes y secuestrar a parlamentarios ante la mirada atónita de la comunidad internacional. Lamentablemente, lo más probable es que se conformen con continuar emitiendo comunicados inútiles.

El presidente Guaidó esperaba un alzamiento conjunto de la cúpula militar, sobre todo del ministro del Interior, Vladimir Padrino; sin embargo, este apagó el celular minutos después de empezada la sublevación. Asimismo, no solo es Padrino el que mantiene a Maduro en el poder, también está Diosdado Cabello, vinculado al narcotráfico; o el vicepresidente Tareck El Aissami, con presuntos nexos con el grupo terrorista islámico Hezbollah. Aquellos son solo unos pocos nombres del círculo que mantiene a Maduro en el poder; y, aunque parezca increíble, hay una fuerza más peligrosa que tiene militares infiltrados en todos los rangos de la milicia venezolana, esa amenaza se llama Cuba. País que lleva 20 años saqueando Venezuela y enviando soldados para que repriman al pueblo venezolano. Es por ello que los que dicen que los venezolanos deben arreglar sus problemas sin la ayuda externa están diciendo que los venezolanos desarmados deben enfrentarse solos al narcotráfico, terrorismo, militares corruptos y a los cubanos.

Venezuela necesita ayuda militar para salir de la dictadura y su Constitución lo permite, pero Guaidó y Trump deberán actuar lo antes posible si quieren evitar que Rusia llegue con tropas primero a defender la “revolución”. Muchos dicen que dejaría un mal precedente que EE.UU. derroque a Maduro, pero no entienden que peor precedente es no hacer nada mientras asesinan a un pueblo hambriento.

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