La Sunat indicó que no habrá prórroga para realizar la declaración del Impuesto a la Renta 2018. (Foto: GEC)
La Sunat indicó que no habrá prórroga para realizar la declaración del Impuesto a la Renta 2018. (Foto: GEC)

Concursaron para encontrar qué es lo que más desalienta la inversión y propiedad privadas y ganaron la ley antielusiva y la estabilidad laboral absoluta. El segundo puesto le besó los pies a nuestros gobernantes y fuimos, por aclamación, la mayor estrella en el firmamento de la “ineptocracia” (Venezuela no participó).

Aunque frustrándome, solo tocaré uno de esos dos despropósitos para pedir la lectura del artículo de Jorge Lazarte “La ley antielusiva y nuestra clasificación al Mundial”. Él imaginó a Sunat como un árbitro que sanciona, no por el acto del futbolista, sino por la intención de este. Como ejemplo perfecto dijo que no importa que el arquero haya tocado la pelota, la intención de Guerrero fue tiro libre directo, cuando estaba sancionado uno indirecto. Bajo esa tesis antielusiva, el Perú no hubiera clasificado al Mundial.

Hubo dos normas simples: (i) no puedo bajar impuestos mediante actos ilícitos (evasión); y (ii) sí puedo bajar impuestos con actos lícitos (elusión). Esto que formaba parte del “keep it simple, stupid” (KISS o “mantenlo simple, estúpido”), ahora se convirtió en algo íntimo y enigmático de propiedad del cobrador de impuestos.

Sunat, escucha: en el fuero interno del contribuyente está, a las justas, él, y –para los creyentes– Dios y él. ¿Dónde fue que usted encontró sitio allí? De ninguna manera está usted. ¿Se ha puesto a pensar usted qué pasa si el asunto o contrato no es intención de una persona sino resultado de varias? ¿Cuál es la que elegiría usted como deidad pagana? ¿Cuál la que declararía verdadera? ¿Será acaso que a cada quien usted aplicaría vuestra más circunstancial imaginación crematística? Vamos, Sunat, deja de jugar a Dios y mantenlo simple con un KISS.

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