Pucha, se olvidaron. (María Luisa del Río)
Pucha, se olvidaron. (María Luisa del Río)

Pucallpa, lunes 22 de octubre. Ruth López, directora de la aldea infantil San Juan de Yarinacocha, me pide que la acompañe. Un mototaxi nos lleva a La Hoyada, un asentamiento humano tugurizado, un basural sobre el cual los peruanos más olvidados construyen sus casas con retazos. Un policía nos escolta en moto, no quiere que haga fotos, es muy peligroso. Llegamos a la casa de Flor (12), desde las ventanas nos observan ancianos sin dientes, madres con niños desnudos, un mototaxista ebrio toma cerveza y baila con una adolescente. (Los diarios hablan de encuestas, de las eternas audiencias, de la huida de Hinostroza).

La familia de Flor trata de esconderla, pero Ruth insiste en que se la entreguen, una orden judicial decreta que su familia no está en condiciones de criarla, luego de haber sido rescatada en un operativo, vendiendo ketes que sus tíos preparan. Su mamá desapareció hace muchos años. Flor nos ve y se esconde, llora, se aferra a la puerta astillada de su casa. Hace una semana se escapó de la aldea, un centro de atención residencial adonde el Poder Judicial envía a niños y niñas víctimas de trata, explotación sexual y laboral, maltrato, abandono, incesto, violación, embarazos adolescentes. Un lugar con capacidad para 70 niños, que tiene que acoger a 112. El presupuesto que consiguen es la mitad del que necesitan. (El año pasado los visitó la ministra Choquehuanca y les ofreció más apoyo de parte del Estado, pero la sacaron, gracias a la guerra política de siempre).

Por la tarde, el mismo mototaxi me lleva a Manantay, otro asentamiento humano plagado de aserraderos y campamentos precarios donde se fabrica carbón. Niños con carbón en los pies descalzos, orejas, pelo, lengua, bebés desnudos gateando sobre el carbón. Denis, de 11 años, me cuenta que no va al colegio mientras lampea sin parar, de seis a seis, de lunes a domingo, por 90 soles semanales. Su jefa aparece y me bota, qué haces acá, te puedes hundir en el carbón y morirte quemada. (La Encuesta Nacional Especializada de Trabajo Infantil 2015 registró 1’974,400 trabajadores infantiles. De ellos, el 77.3% realizó alguna forma de trabajo infantil peligroso).

Lima, viernes 26 de octubre. El congresista Miguel Torres admite en RPP que se olvidaron de la agenda nacional. Durante dos años hemos pagado 30 sueldos de 15 mil soles mensuales a 73 congresistas que solo se ocuparon de sus agendas. Según mi calculadora, son 32 millones 850 mil soles lo que nos deben. Lo dice como si fuera una anécdota, oops, cierto, nos olvidamos de la agenda nacional. Como hijitos de papá. Pero pide empatía. Ahora sí van a empezar a ocuparse de las cosas importantes, dice.

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