Castillo ha liderado la huelga de maestros en Lima.
Castillo ha liderado la huelga de maestros en Lima.

Años atrás, mi buen amigo Hubert Lanssiers me pidió conversar con los presos senderistas de Castro Castro. Estaban Antonio Cartagena, ya fallecido, y un nutrido grupo de terroristas. Pedían lo que exige Movadef & Cía. (Conare, etc.), la amnistía de los ‘presos políticos’ (terroristas) y convertirse en un movimiento político legal. La charla fue extensa. Se les dijo que habían matado, destruido con vesania y que esa era la posibilidad imposible.

Hubert, que los conocía al dedillo, sabía de los meandros de su absurda ideología, les decía con su acento belga: “Oh, compañeros, siempre con el mismo discurso cansino y repetitivo. Me hacen doler los oídos… Tienen que razonar, para eso somos humanos”. Ayer en el Congreso hubo una discusión bizantina sobre si el dirigente del Comité Nacional de Lucha del Sutep, Pedro Castillo, y otros maestros estaban vinculados o no a Sendero. Los parlamentarios querían pruebas incontrastables, pese a las plausibles explicaciones e hipótesis del ministro del Interior. Ojo, el Movadef no es ilegal, menos integrarlo.

La realidad siempre se impone. El lenguaje de Castillo nos hizo recordar la visita al pabellón de Castro Castro. El discurso cerrado, circular, monocorde que crea la confusión y propicia la mentira. Castillo dijo pamplinas sobre la evaluación: “Que responda al contexto socioeconómico, es una evaluación desde el pupitre, etc.”, además de desconocer los acuerdos presentados por los parlamentarios mediadores. O sea, estuvieron tres días negociando, se redactó un documento, este dirigente lo desestima y sigue con la cantaleta del incremento del PBI, los desnutridos y los bajos sueldos. Un sancochado. Y si bien dice que Movadef “tiene que pagar”, en aparente crítica, su práctica indica lo contrario.

Este Sutep busca ganar espacio político para fortalecerse, Castillo pidió a la ministra de Educación el reconocimiento como sindicato único. La evaluación de solo 5,000 profesores de Inicial fue un pretexto, su ‘joker’. El gobierno erró al no enfatizar ni condicionar los incrementos a la meritocracia. La palabra ‘evaluación’ permaneció soterrada y escondida en todo este desmadre de 70 días. El presidente jaló la alfombra a su ministra y constatamos que el año escolar se perdió.

La ley de la carrera magisterial del gobierno aprista era buena, el maestro optaba voluntariamente si ingresaba o no a esta, pasando por evaluaciones. Humala la descabezó, elevó el sueldo a todos, metiendo a buenos y malos maestros en la carrera sin evaluación, permitiéndoles luego tres intentos. Encima solo evaluó a directores, ‘engrió’ al Sutep Patria Roja, hizo poquísimas capacitaciones, las escuelas son precarias, una vergüenza nacional, no se invirtió, se dejó una bomba de tiempo. La evaluación es lo único que salvará a la educación nacional. ¿Con el Sutep Cusco se aprobó esta? El panorama es sombrío y desesperante.

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