Existen muchas personas indignadas con el ataque directo a los violadores, pretendiendo descalificar a las que protestan, porque su canción parece perreo, porque bailan, porque caminan en tetas, como una manera de justificar la violación cuando la mujer no se comporta como la virgen María. No es de extrañar, entonces, que cuando se destapa un escándalo donde los propios sacerdotes son los abusadores, sea tan fácil esconder a los denunciados, tapar el sol con un dedo y amenazar a los denunciantes. Doblemente fácil si los valientes son un humilde expolicía piurano y una periodista mujer en un país feminicida, como Pedro Zapata y Paola Ugaz. ¿De qué se les acusa? De difamación. ¿Quién los acusa? Carlos Alberto Gómez de la Torre Pretell, el exrepresentante legal de la inmobiliaria Miraflores Perú, empresa del Sodalicio. ¿Qué le preocupa al caballero? Que pueda verse en YouTube el documental The Sodalitium Scandal, de la cadena de televisión Al Jazeera, publicado en 2016. Una historia acerca de cómo el Sodalicio, en 2014, habría contratado a la Gran Cruz del Norte, una banda de asesinos en Piura, para el desalojo de los pobladores de las tierras que hoy forman parte del proyecto Miraflores Country Club, de la inmobiliaria que en Registros Públicos le pertenece en un 99% a la congregación religiosa.