Astralmente desconozco. (Foto: @betoortiz)
Astralmente desconozco. (Foto: @betoortiz)

Desconozco mayormente si es verdad o no, pero he visto a un hombre llamado ‘Chibolín’ decir que, astralmente, ha sido anunciado de su postulación y triunfo en las presidenciales de 2021, pero que si hay adelanto no le conviene postular. Así le han dicho los extraterrestres. Desconozco, también, si esta es una buena o mala noticia. No sé si ‘Chibolín’ está sirviendo de cortina de humo a esa manada de macacos a la que no conviene el adelanto de elecciones. A lo mejor los macacos están jugando con el hartazgo de la gente para que, habiendo visto tanto mal circo, arengue: ¡Jódanse, caviares, queremos al hombre que habla con extraterrestres para presidente y nadie nos lo va a quitar!... O si más bien conviene que la población se aterre por semejante posibilidad y salga a las calles a empujar el adelanto: ¡2020 o nada, que si no, gana ‘Chibolín’ en 2021 y ahí sí que todo termina de irse al carajo! ... No lo sé. Lo cierto es que los extraterrestres le han dicho, al flamante postulante, que mejor les crea, porque ellos también se anunciaron a Obama y a Trump y la profecía se cumplió. Y bueno, tampoco es que los ET se hayan tomado el trabajo de aterrizar con sus ovnis en Chilca para hablar con el futuro candidato, no somos tan importantes, es él quien viaja cada dos años a Estados Unidos a hablar con ellos. ¿Cómo será?

Llevamos varias décadas un poco confundidos con estas historias sobrenaturales. Nunca me olvidaré de la Virgen que llora, los pishtacos o el ruidoso caso Sarah Ellen en 1993. Una mujer acusada de bruja en Inglaterra en 1913, a quien metieron en un cajón y lo sellaron con clavos, para matarla de asfixia. Lo peor de todo es que la colorada, antes de que tapiaran el ataúd, había gritado: ¡Volveré en ochenta años para matarlos a todos, miserables! Y claro, qué nos importaba a nosotros... Pero no. La fría Inglaterra no quiso que Sarah fuera enterrada en su territorio y su pobre marido, dicen, se dio la vuelta al mundo en barco con el cajón, porque nadie quería recibir el cadáver de la bruja. Hasta que llegó a la cordial Pisco y el cementerio abrió sus puertas al alma discriminada, cómo no te vamos a querer, Sarita. Y la verdad es que llegó el temido año 1993 y Sarah no nos hizo nada, su maldición no se cumplió. No era para nosotros. Pero igual pasaron cosas un poco escabrosas, como los cientos de ‘vladivideos’ de Montesinos comprándose a todos los macacos, con millones que sacaba de una maleta, justo en las fechas en que a Sarita le tocaba vengarse. Qué vaina.

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