(GEC)
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Por: Milagros Campos

Hace un año la comisión de alto nivel para la reforma política entregó su informe “Hacia la Democracia del Bicentenario” con el que cumplió el encargo de proponer medidas integrales que contribuyan al fortalecimiento de las instituciones democráticas. Para plantear las reformas constitucionales y legales, partió de un diagnóstico señalando los principales problemas de la democracia en el Perú: organizaciones políticas poco representativas; una política vulnerable a prácticas de corrupción; una democracia con problemas de gobernabilidad y limitaciones a la participación electoral y política de los ciudadanos.

Una de las reformas planteadas para mejorar la representación política fue la que propuso nuevos mecanismos para la selección de candidatos, a fin de lograr mayor idoneidad y fomentar carreras políticas. ¿Qué se planteó? La selección de candidatos se realizaría en elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias para toda la ciudadanía, organizadas y financiadas por la ONPE. En el caso de las listas parlamentarias, los partidos según sus estatutos, propondrían a sus candidatos para cada circunscripción. En las primarias, los ciudadanos afiliados o no, elegirían un partido, participando mediante el voto preferencial en la selección de candidatos que serían inscritos en la lista para las elecciones.

En muchos países las elecciones primarias no son obligatorias ni abiertas, pero como en el “súper martes” se observan prácticas de democracia interna. Se optó por este modelo, similar al que tienen Uruguay y Argentina, entre otras razones para fomentar la participación ciudadana; pero también porque se ató este sistema a la depuración de partidos poco representativos que funcionan eventualmente como franquicias o vientres de alquiler. Respecto de lo primero, la consideración está vinculada a la naturaleza misma de los partidos políticos que si bien son privados, constituyen instituciones cuyos fines son asegurar la vigencia y defensa del sistema democrático, representar la voluntad de los ciudadanos, participar en procesos electorales entre otros, lo que justifica la medida. En cuanto a la valla para participar de las elecciones, el partido debe superar en las primarias el 1.5% del número de electores de la última elección general.

Con las normas vigentes, los 24 partidos inscritos pueden optar por proponer candidatos que serían ratificados por los ciudadanos en elecciones primarias. Sin competencia intra partidaria difícilmente se van a percibir los efectos de la reforma. Si bien no hay recetas ni sistemas perfectos sino perfectibles en aras de restablecer la confianza en la política y las instituciones democráticas, hay buenas prácticas que deben implementarse para mejorar la calidad de la democracia.


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