La xenofobia no podemos eliminarla, más si podemos manejarla, afirma De la Piedra. (Foto GEC)
La xenofobia no podemos eliminarla, más si podemos manejarla, afirma De la Piedra. (Foto GEC)

Por: Ricardo De La Piedra Cassinelli

La xenofobia es inherente a la cultura para preservarla y no perderla. No podemos eliminarla, más si podemos manejarla. Se explica un método de tres pasos para dirigir la xenofobia hacia la tolerancia cultural.

Primer paso: Cómo se siente la xenofobia. La función de la xenofobia es avisarnos a través de la experiencia del análogo ira/temor que nuestras expectativas culturales han sido transgredidas por alguien o algo perteneciente a otra cultura. Podemos experimentar furia, ira, malestar, ansiedad, angustia, despecho, desprecio, culpabilidad, recelo, temor, miedo, pánico, ironía, sarcasmo, alienación, confinamiento. Nuestro comportamiento puede ser denostativo, peyorativo, discriminativo, receloso, irónico, sarcástico, temeroso, esquivo y/o agresivo.

Segundo paso: Dónde se siente la xenofobia. La xenofobia se experimenta en varias partes de nuestro cuerpo, especialmente en el cuello, el pecho y el estómago. Se siente un nudo en la garganta, una presión y/o un vacío en el estómago, una presión en el pecho, aceleración de los latidos del corazón, entre otros síntomas. Estamos preparándonos para la acción, bien sea para tolerar la transgresión cultural y trascender nuestra cultura asumiendo nuevas reglas culturales como propias y/o alienarnos volviéndonos fundamentalistas culturales, lo cual resulta en nuestro confinamiento cultural ratificando nuestro etnocentrismo, prejuicios y estereotipos.

Tercer paso: Manejo de la xenofobia. El método consiste en reemplazar la intolerancia xenofóbica por la tolerancia cultural de la manera siguiente: (1) asociamos la palabra ‘tolerancia’ a la experiencia del análogo ira/temor y sus manifestaciones en el cuello, pecho y estómago, (2) la palabra ‘tolerancia’ toma el control cognitivo de la emoción, y del valor cultural subyacente a la misma cada vez que esta se manifiesta, (3) permitiéndonos tomar el control cognitivo de la xenofobia al poner conscientemente en contacto nuestras emociones con nuestros valores a través de nuestras cogniciones, (4) lo cual nos permite manejar conscientemente el valor causante de la xenofobia modificándolo, bien sea para asumir resueltamente aspectos de la nueva situación y/o cultura o para rechazarlos sin menospreciarlos. Es decir, no dejamos que la xenofobia maneje nuestro comportamiento. Muy por el contrario, nosotros manejamos la xenofobia para desarrollar como personas y como sociedad. Eventualmente la palabra ‘tolerancia’ aparecerá cada vez que experimentemos xenofobia dándonos el manejo consciente y constante de la misma.

Tesis: Phenomenlogy of Xenophobia, 1977.

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