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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Ariel Segal,Opina.21 arielsegal@hotmail.com

Una noticia poco difundida llamó la atención de los coleccionistas de anécdotas, como quien escribe: el 1 de abril, un intelectual egipcio escribió en el diario Al-Yawm al-Sabi una columna en la cual anunció que demandará al estado de Israel por las diez plagas que afectaron a Egipto cuando Moisés los guió de la esclavitud hacia la libertad, en la tierra de Israel. El escritor Ahmad Al-Gamal argumenta que los antepasados de los egipcios no merecieron pagar por lo que hizo un faraón de turno y, por lo tanto, Israel debe indemnizar a su país por los daños causados por las plagas que devastaron la tierra y las propiedades: "…echaron sobre nosotros plagas de langostas por la cual fue imposible desarrollar la agricultura. Otra plaga impidió que el agua del Nilo pudiera ser bebida durante mucho tiempo…", opina Al Gamal, quien también exige que se calcule el valor actual en oro de lo que, según la Torá (primeros cinco libros del Antiguo Testamento), los hebreos se llevaron de Egipto para construir un arca sagrada en el desierto.

Es de suponer que si los españoles, ingleses, holandeses, franceses y tantos otros imperios devuelven las riquezas que se llevaron de tantas colonias que explotaron durante siglos de historia colonial, los gobernantes israelíes deberían considerar el pedido de Al Gamal, aunque también habría que descontar el cálculo de horas-trabajo de décadas de esclavitud dedicadas por los hebreos en Egipto. Por otra parte, le convendría a Al Gamal cuidarse de Al Qaeda y otros grupos islamistas radicales puesto que, implícitamente, reconoce que los actuales pobladores de Israel son los descendientes de los hebreos bíblicos.

Como se sabe, mezclar religión y política no es recomendable, y menos en nuestros tiempos globalizados.

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