Una semana oscura
Una semana oscura

El coronavirus está ocupando buena parte del espacio mediático, relegando injustificadamente a otro virus, más local y dañino, que se hace presente año tras año y que afecta sistemáticamente a las poblaciones más vulnerables de la Amazonía peruana. El dengue, haciendo números, ha cobrado desde 2019 la vida de unas 30 personas. En este momento se cuentan cerca de 8 mil infectados solo entre Madre de Dios, Loreto y San Martín. Es una verdadera emergencia sanitaria que merece mucha más atención de la que está recibiendo, en buena parte debido al ombliguismo capitalino que olvida, de nuevo, que el Perú no solo es Lima.

Mientras tanto, las tragedias que involucran a menores de edad no se detienen. En San Juan Lurigancho, un bebé de dos años murió por el impacto de una bala perdida disparada por un exnovio matón y celoso que venía acosando a su expareja desde diciembre, hasta que el miércoles la atacó a balazos. La mujer lo había denunciado tres veces y solicitado garantías que nunca llegaron, demostrando nuevamente que nuestro sistema de prevención es inútil y demasiado reactivo. Esta desgracia revela, además, lo peligroso que es el acceso a las armas y los riesgos que corremos al facilitar su uso bajo el argumento de que así se evitará y enfrentará el crimen.

Finalmente, los medios de comunicación juegan un papel central en cómo recibimos las noticias, pero hemos sido testigos de lo bajo que pueden llegar comentaristas como el tal Zorro Supe, recordándonos que los canales de TV y radio utilizan un espacio que es finalmente público para transmitir su señal. Con todas las infracciones que cometen parece que alguien en el MTC no está haciendo su trabajo para fiscalizarlos e imponer las sanciones necesarias. Si tienen que perder la licencia, que así sea.

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