"Disminuir la anemia no solo mejora su calidad de vida, sino que también mejora a largo plazo, la productividad y competitividad del país".
"Disminuir la anemia no solo mejora su calidad de vida, sino que también mejora a largo plazo, la productividad y competitividad del país".

La prevalencia de la , especialmente entre los niños y niñas, es uno de los desafíos más persistentes y críticos que enfrentamos en la compleja lucha por el desarrollo integral de la niñez en Perú. Esta condición, que afecta a más del 40% de las niñas y los niños entre los 6 y 35 meses de edad en nuestro país, es una preocupación de salud pública y un gran obstáculo para el crecimiento económico, social y sostenible.

La anemia tiene un impacto profundo y de largo alcance en la infancia. La deficiencia de hierro y otros micronutrientes esenciales puede afectar el pleno desarrollo físico y cognitivo. Un niño o niña que tuvo anemia en sus primeros tres años de vida posiblemente tenga menos aprendizajes que sus compañeros de clase que no la padecieron. Pierde la niña o niño. Pero también pierde el país, porque cuando sea adulto su capacidad analítica, creativa y productiva no será la misma que la que tendría si no hubiera tenido anemia. El Plan Nacional de Competitividad y Productividad del Perú incluye la lucha contra la anemia y el desarrollo temprano de niñas y niños. En este sentido, disminuir la anemia no solo mejora su calidad de vida, sino que también mejora a largo plazo, la productividad y competitividad del país.

Considero que las compañías que invertimos en la salud y educación de las comunidades contribuimos a promover un futuro más prometedor y sostenible para la sociedad y el entorno empresarial en general.

En el BBVA, comprendemos profundamente la importancia de esta conexión y hemos implementado medidas proactivas para promover el adecuado desarrollo infantil. Desde el inicio de nuestra alianza con Unicef Perú en 2016, hemos colaborado estrechamente en diversas iniciativas, dado que Unicef, por su personal experto, su capacidad de llevar el trabajo a escala, su liderazgo e iniciativa, logra que los recursos invertidos generen el mayor impacto para la infancia. Este año, 2024, lanzamos la campaña Inversionistas de Corazón, diseñada para inspirar a nuestros clientes y colaboradores a convertirse en socios de Unicef. Esta campaña no es simplemente una llamada a la acción; representa un compromiso tangible y decidido con el futuro de nuestra nación.

Los planes de sostenibilidad y la responsabilidad social del sector privado van más allá de la movilización de fondos, por eso cada miembro de la sociedad tiene un papel crucial en la prevención y lucha contra la anemia. Con nuestros recursos y capacidades de innovación, nuestras empresas están en una posición privilegiada para liderar este cambio. En última instancia, invertir en la salud y el cuidado de la infancia es invertir en el desarrollo del país.

Hoy, más que nunca, la niñez nos necesita unidos para ganar la batalla contra la anemia.

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