El jueves en New Jersey vimos una imagen repetida en partidos donde el rival cede el protagonismo y la pelota. La selección no encuentra ideas para romper esos esquemas defensivos. Pasó en partidos con Guerrero y Farfán, ante Ecuador se hizo más evidente sin ellos. Si ademas no jugó Yotún, que es el de mejor pase en la construcción del juego, nos encontramos con un equipo confundido, errático y previsible. Fue un paso atrás y quedamos preocupados.

Lo sencillo es analizar el juego desde lo individual. Buscar culpables en los nombres propios. Obviamente si las individualidades funcionan y están inspiradas, lo colectivo se potencia. Sin embargo, el éxito de Perú ha sido lo contrario, tener un equipo sólido, convencido, que potenciaba futbolistas. Muchos jugaban en la selección mejor que en sus equipos y mostraban altas versiones respaldados por la propuesta.

Deberá Gareca trabajar para encontrarle la vuelta a estas propuestas. La Eliminatoria está cerca y en Lima, varias selecciones van a plantear el mismo partido que Ecuador. Movilidad en ataque, precisión en el toque, cambios de orientación, amplitud y profundidad ofensiva son claves para romper esas defensas. Aprovechar las pelotas paradas en ataque es otro déficit.

Mañana toca Brasil, y será otro tipo de partido, que demanda otro tipo de esfuerzo y aplicación defensiva. Una dura prueba también para el carácter de esta selección. Nos volvimos exigentes con este equipo porque ya nos demostró de lo que es capaz. Queremos seguir disfrutando de este gran proceso. Los pasos atrás deben servir de lección. No podemos seguir tropezando con los mismos errores. Se acercan las Eliminatorias, que son hermosas, durísimas, dramáticas. Tenemos que llegar muy bien para esta vez arrancar arriba en la tabla y no corriendo de atrás con la calculadora en la mano como siempre.

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