Un poco de sensatez. (Foto: GEC)
Un poco de sensatez. (Foto: GEC)

No es que les exijamos demasiado, solo un poco de sensatez o al menos que no mientan, aunque sea por Navidad. Pero como parece que esto es pedirle peras al olmo, algunos insisten en su necedad. Qué mejor ejemplo que el video de Solidaridad Nacional en el que comparan a políticos con terroristas. ¿En qué cabeza puede compararse a Vizcarra con Abimael Guzmán, a Gino Costa con Maduro o a Verónika Mendoza con Elena Iparraguirre? La edición de ese video no es solo producto de la mala leche de la política local, sino que evidencia ignorancia supina y calumnia brutal.

El video es repulsivo y una estrategia de baja calaña con la que Solidaridad Nacional ha intentado salir del sótano de las encuestas, pero parece que les está rebotando como boomerang. La gente no es tan tonta ni simplona.

La estrategia del terruqueo relativiza las épocas de terror y ofende a sus víctimas. Abimael Guzmán fue un terrorista y asesino, y comparar a adversarios políticos con él es una bajeza patética. Hacer lo que ha hecho Solidaridad Nacional dice más de ellos, su desesperación, su radicalismo y su chatura intelectual que de las personas atacadas.

El terruqueo ha sido el arma que la derecha ha desenfundado en las últimas décadas. Primero lo hizo el fujimorismo y luego toda su segundilla. No es casualidad que Francisco Tudela, exvicepresidente de Fujimori, haya acusado a Francisco Sagasti y al Partido Morado de tener componentes de izquierda radical. ¿Qué de zurdo puede tener ese partido?

Siempre he creído que el espectro político peruano se encuentra demasiado tirado a la derecha. Sus simpatizantes están tan al extremo que pierden contacto con la realidad, pero eso no justifica ensuciar con sus miedos y alucinaciones el proceso electoral y la política nacional. A otro lado con ese cuento.

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