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Un Congreso doble filo

Como ya se esperaba, no alcanzaron los votos necesarios para seguir con el procedimiento de una hipotética vacancia, en vista de todos los escándalos en los que está involucrada la presidenta Dina Boluarte.

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El Congreso no permitió siquiera que se admita a debate ninguna de las tres mociones de vacancia, que fueron presentadas por las bancadas que en su momento apoyaron incondicionalmente a Pedro Castillo. Como ya se esperaba, no alcanzaron los votos necesarios para seguir con el procedimiento de una hipotética vacancia, en vista de todos los escándalos en los que está involucrada la presidenta Dina Boluarte.
Lo sorprendente es que el respaldo que consiguió Boluarte fue de las bancadas de la extrema derecha, las que con Pedro Castillo promovían varios intentos de vacancia, casi por los mismos motivos, que ahora, más bien, denostan y nos quieren vender la idea de ser supuestos guardianes de la democracia y el statu quo. Por eso es hasta risible ver la posición de escuderos del gobierno que ha asumido esta derecha cavernaria, representada por el fujimorismo, sumándose a esta infamia Renovación Popular y Avanza País, a las cuales se adhirieron también las bancadas de APP, Somos Perú, Podemos Perú y no agrupados.
La paradoja es que estas mismas bancadas han sido las fraudistas en la última elección presidencial, que en su desesperación por buscar que gane Keiko Fujimori, sea como sea, se dedicaron a inventar una farsa de un supuesto fraude, que por cierto nunca existió. La realidad es que no fue más que una pataleta de la Sra. Fujimori por no aceptar los resultados electorales, avalada por los mencionados, cuando probablemente la motivación haya sido la frustración de perder una elección por tercera vez.
La otra paradoja es que con Pedro Castillo estuvieron promoviendo la vacancia desde que tomó el poder en julio de 2021, se escandalizaron con los veinte mil dólares encontrados en Palacio y ahora no dicen nada de los Rolex de Dina, o también en el involucramiento en el poder de los familiares de Castillo y callan en el caso de Nicanor, hasta podemos recordar las denuncias por plagio de ambos y que ahora no dicen nada, porque es su aliada.
Son tantas las coincidencias en los escándalos en los que han terminado Castillo y Boluarte que, efectivamente, validan que este es el gobierno de Perú Libre en su máxima expresión y están llevando al país al garete por tanto escándalo de corrupción que impacta con el ruido político en la economía; la diferencia es que cada bando ha tenido sus supuestos escuderos y cómplices, que se han volteado sin asco cuando de oportunismo se trata en un Congreso de doble filo.