Keiko Fujimori fue detenido el pasado miércoles por una investigación en relación al caso Cocteles. (Foto: USI)
Keiko Fujimori fue detenido el pasado miércoles por una investigación en relación al caso Cocteles. (Foto: USI)

-Según informó ayer La República, Vizcarra ascendió a general de División a su jefe de la Casa Militar, William Flores Zúñiga, moqueguano como él. También elevó al máximo rango en la FAP a Enrique Chávez Cateriano, quien sería primo del ex premier humalista. Los paranoicos levantamos aún más las antenas…
-Tal vez ya le sea políticamente muy tarde, pero si Keiko logra salir airosa de este injusto trance penitenciario, lo que elementalmente debe hacer es purgar drásticamente su entorno íntimo de los consejeros que la han llevado a esta situación: Pier Figari y Ana Herz. Es increíble cómo Keiko ha podido pasar de tener en julio de 2016 el control absoluto del Congreso y un buen nivel de aprobación a estar en esta situación actual de prisión e impopularidad extendida, acorralada por un débil presidente provisional (quien aplica diligentemente los consejos de los ex ministros Nieto, Basombrío, Cateriano y Albán). En política no existen cadáveres y en nuestra historia ya varios (Piérola, Leguía, Manuel Prado, FBT, Alan) nos han sorprendido con sus resurrecciones tras estar desahuciados, pero eso pasa por reinventarse drásticamente. Y por cortar cabezas.
-Vamos para peor. Ahora, la pasada agresión terrorista ya no es “conflicto armado interno” sino “guerra civil”. Y los senderistas son “guerrilleros” (fiscal Pérez dixit, en todo su contexto).
-Quebró Sears. Los mayores nunca olvidaremos a ese minúsculo rincón de cosmopolitismo y modernidad que era este gran almacén gringo durante la gris dictadura militar, tan cerrada al exterior. Hasta se decía que olía a EE.UU. cuando entrabas.
-Es bien sabido que la coleguita Paola Ugaz y yo nos estimamos en muy poco, pero considero un exceso que monseñor Eguren la querelle por difamación. Mi solidaridad y espero que esa denuncia sea retirada.