Qué es el Perú sino una cantera de capitulos aún por narrar. Pareciera que a ratos somos el borrador de algún escritor empedernido, que escribe nuestra historia a ritmo de tragedias, comedias y hasta dramas, como la de este 31 de diciembre. Entre cohetes, alcohol y fiesta, el Fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, convocó una conferencia de prensa que aguó el trago de más de uno: los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez ya no iban más.


El Twitter explotó, las calles del centro de Lima de pronto fueron escenario de una turba guiada por la indignación y desde todos los rincones de la web, se diseñaban los planos para las marchas de hastío contra Pedro Chávarry.


Pero de pronto, todos aquellos que ya tenían preparadas las banderas, pancartas y rítmicas cantigas en contra del Fiscal de la Nación, se quedaron inopinadamente sin propósito; Vela y Domingo Pérez habían sido restituidos. Esto después de que Pedro Chávarry se viera desprotegido pues, tanto Keiko Fujimori como el APRA,  le retiraron el respaldo y dejaron a más de un Fujimorista sin piso.


Si antes los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez gozaban del respaldo y del calor popular, este último episodio de final de temporada- literalmente- de esta serie llamada Perú, los ha elevado a la estratosfera del reconocimiento público y son sin lugar a dudas – para bien o para mal- ,junto al Presidente Vizcarra, los rostros más destacables de la lucha anticorrupción.


No me sorprendería ver a Vela o Domingo Pérez trasladar su energía al campo político y tentar una curul en las próximas elecciones, pues no faltaran partidos políticos que ya tengan preparadas propuestas para los fiscales. Seguro que a los fiscales se les ha cruzado por la mente la idea de continuar sus carreras dentro del espectro público y estar al pie del cañón en la lucha contra la corrupción.


La figura del fiscal que pasa a ser político no es inusual en otros países del mundo. La senadora demócrata Kamala Harris, otrora Fiscal General de California, es actualmente una de las voces más críticas de la administración de Trump y su nombre recorre entre las redacciones como candidata presidencial para las primarias americanas del 2020.


Sea justo o injusto, la lucha contra la corrupción este 2018 ha tomado el rostro de Keiko Fujimori, pero ella es solo la primera capa de esta cebolla podrida. Con la información que llegue de Brasil en las próximas semanas, el puss saldrá de todos lados y finalmente Susana Villarán, Humala, Toledo y más que seguramente algún que otro operador político de antaño, caerán en las redes de la justicia, y esperemos reciban el mismo trato inmisericorde.


Este año se verá realmente si nadie tiene corona en esta campaña anticorrupción. Que Villarán reciba su retrasada dosis de justicia, que Toledo finalmente deje de reírse en nuestra cara, que la dupla Humala/Heredia responda por sus actos del 2006 y 2011 y que tanto Keiko como García sean investigados a fondo sin ningún tipo de inquina personal. El lema “caiga quien caiga” debe ser la máxima de este 2019.