Tontos útiles
Tontos útiles

El viernes por la noche, dirigentes de “la sociedad civil de El Alto” patearon el tablero de la mesa de diálogo convocada por la subprefectura de Talara. Ni siquiera se habían agotado las conversaciones cuando la turba apedreó a los representantes del Ejecutivo y de la empresa Confipetrol, contra la que estaba protestando, e incendió las oficinas de la compañía. Todo con la complicidad soterrada del alcalde de ese distrito piurano.

Hasta la mitad del gobierno de Humala, las turbas violentistas eran representadas por dirigentes de los “frentes de defensa”, ahora las lideran “dirigentes de la sociedad civil”.

Los frentes de defensa fueron creados por Patria Roja para usurpar representaciones y liderazgos comunales y distritales que ese partido comunista no ganaba en elecciones. Ahora que Patria Roja ha perdido toda fuerza, los alcaldes elegidos –por miedo o por no querer perder protagonismo– se alían con los dirigentes de esa “sociedad civil” y son ellos los que convocan a la violencia.

Pero hoy en día estas organizaciones están infiltradas por el Movadef, la versión política de Sendero Luminoso, que en su apuesta por tomar el poder pone hoy en práctica lo que la agrupación de Abimael Guzmán llama la “violencia social”.

Los dirigentes de la izquierda que aspiran a la hegemonía en sus regiones no lo querrán aceptar, pero en su afán por conservar sus pequeños feudos, están jugando con fuego; en este momento no son otra cosa que los tontos útiles de Sendero Luminoso.

Desde la cárcel, el comité central de esa agrupación terrorista planteó en 2008 la “reconstitución del partido”; en un documento aprobado por el “camarada Gonzalo” la cúpula se autocritica, acepta que fueron derrotados en su estrategia de la “lucha armada” y optan por el camino de la “violencia revolucionaria”.

Este nuevo plan de SL, el del senderismo político, está en acción desde 2012. Ese año sus militantes protagonizaron la brutalidad extrema e irracional que marcó la protesta contra el traslado de los comerciantes de La Parada y tuvieron también participación en la violenta manifestación contra el peaje de Puente Piedra.

Ahora tiene bases en todo el país, y este año estuvo exacerbando en Apurímac, Loreto, Arequipa, Moquegua. En contra de Las Bambas, el Oleoducto, Tía María, Quellaveco. Ahí, donde las protestas se desbordan y se convierten en vandalismo, donde no es posible dialogar, donde las autoridades distritales se vuelven energúmenos; ahí está Sendero Luminoso bajo el velo del Movadef usando en sus publicaciones y sus diatribas conceptos robados a la democracia, empleando palabras que representan valores en los que una organización genuinamente terrorista jamás creerá.

El senderismo político aplica una estrategia camaleónica. Se disfraza y se muestra solidario con los agricultores y los trabajadores a los que asesinaba sin piedad, pide respeto por los derechos fundamentales que le importaron un comino a la hora de ejecutar niños y mujeres embarazadas; forma parte de la “sociedad civil”, exige participación política, democratización de la sociedad y una nueva Constitución a través de una asamblea constituyente.

Como ninguna de esas expresiones augura la sangre y el crimen que los precede, los ciudadanos que ignoran sus verdaderas intenciones les siguen. Pero, ¿acaso las autoridades locales no saben quiénes son? ¿Por qué no los denuncian cuando se les infiltran? ¿Los dirigentes de la izquierda no recuerdan las víctimas que SL les cobró? ¿Han decidido senderizar la política? ¿Paralizar las inversiones, deprimir la economía, sembrar el caos con tal de salir en la foto?

¿Qué va a hacer ahora el presidente Martín Vizcarra? ¿Se va a comportar como un medroso alcalde distrital o va a asumir su responsabilidad como jefe del Estado?

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