[Opinión] Andrés Balta: El espejo que traspasa

Opto por lo que trasciende al muy desafortunado momento de nuestras tristes circunstancias. Para ello, elijo las intrépidas y recientes palabras de Cayetana Álvarez de Toledo frente a un auditorio en Santiago:

“Chile ha pasado de ser, en muy poco tiempo, en una manera vertiginosa, un modelo para muchísimos a un antimodelo. Era un ejemplo de reconciliación, reformismo y racionalidad, y ahora es un escaparate, una vitrina del separatismo, la ruptura, la frivolidad (…)”.

“La Convención apunta en la peor dirección imaginable. No ejerce como una convención constituyente, sino como una convención disolvente. Una Constitución debe constituir, no disgregar, unir, no dividir, integrar, no segregar y mucho menos desintegrar. Están ustedes protagonizando un experimento inédito en la deconstrucción identitaria de una nación, es decir, jugando con la decadencia y la implosión y, además, el fracaso porque una Constitución no puede ser nunca de parte, ni de una parte contra otra, ni mucho menos de muchas partes contra el todo (…). Mi consejo por tanto es que no sigan por ese camino. Que no hagan una Constitución de división, separatista, que no alienten la segregación de los chilenos porque tendrán lo peor de todos los mundos. Lo peor de mi otro país, Argentina, que es la decadencia crónica, y lo peor de España, que es la tensión centrífuga y la inestabilidad. No hay tarea más grande para una generación. Son ustedes los protagonistas de la segunda transición chilena. Es una responsabilidad inmensa. El mundo les está mirando y aprenderá de ustedes para bien o para mal”.

En esta ocasión no soy el autor. Soy solo el reportero de una historiadora, periodista y política española que traspasa el plexo de Chile y el de nosotros también.