(Foto: GEC)
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En los próximos días se definirá si finalmente se promulga el PL que permite que los afiliados a las puedan retirar hasta 25% de sus fondos con un tope de 3 UIT. Es claro que dicho retiro tendrá implicancias futuras negativas sobre nuestra capacidad como país para financiar proyectos de largo plazo e impactará en el desarrollo de nuestro incipiente mercado de capitales, lo que no parece preocupar a muchos, por lo que en este artículo me centro en lo que nos conviene hacer como afiliados.

Los Fondos 2 que administran las AFP son los que incluyen a la mayor cantidad de afiliados. El valor cuota promedio de estos fondos ha caído como 13% en relación a su punto más alto este año, que fue a mediados de febrero, antes de que nos impacte el. Cuando el Congreso propuso la ley original de retiro de fondos, la pérdida no realizada estaba en alrededor de 15%, ha disminuido más de 10%. Por suerte, no se aprobó en ese momento.

Harían mal los afiliados que no requieren esa liquidez en retirar los fondos en caso de que se promulgue finalmente el PL o una versión corregida del mismo. Absurdamente estarían realizando una pérdida sobre un ahorro que es de naturaleza de largo plazo. Durante los últimos 25 años, los fondos de las AFP solo registraron pérdidas en cuatro de ellos, obteniendo ganancias en los 21 años restantes. En todos los casos de caída, al siguiente año se revirtió la pérdida. En la más reciente de 2018, los fondos cayeron 1% pero en 2019 ganaron 12%.

El retiro también tendrá un impacto de largo plazo en las futuras pensiones de los jubilados y, en el caso de aquellos que como resultado de esta norma retiren todo su fondo, perderán en pocos meses el seguro de invalidez y sobrevivencia, lo que implica dejar desprotegidas a sus familias en la eventualidad de su fallecimiento o una invalidez. No hay que tomar a la ligera esta decisión.

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