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Redacción PERÚ21

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Juan José Garrido,La opinión del directordirector@peru21.com

Lo cierto es que, lamentablemente, la economía viene enfriándose, al igual que el dinamismo en nuevas inversiones (y, sobre todo, exploraciones). Esto se refleja en la data, y se verifica en las encuestas de opinión pública.

En la última entrega de Pulso Perú, por ejemplo, los tres indicadores económicos (Esperanza para el Perú en este gobierno, Expectativas para la economía familiar y Expectativas sobre la inversión privada) muestran una preocupante tendencia a la baja. En el caso de la inversión privada, por ejemplo, cuando se pregunta si cree que "habrá más", baja de 50% a 31% entre enero de 2013 y marzo de 2014.

Existe pues un divorcio entre los economistas y sus juegos aritméticos (que pronostican tasas de crecimiento basadas en la producción existente y la suma de nuevos proyectos y supuestas reformas), y la calle y la experiencia comercial que viven día a día.

Entre ambos, me quedo con la calle, y por dos sencillas razones: la primera es que prefiero la opinión de 1,200 agentes que la de 10 o 15 "expertos". La segunda es que los primeros viven las limitaciones reales de nuestro "modelo" cada día (regulaciones, costos de transacción, y un larguísimo etc.), mientras los gurúes asumen en sus modelos ambientes de negocio ficticios.

Los modelos ayudan a observar patrones y a entender ciertas relaciones en vacío; empero, si queremos dinamizar las inversiones, es preferible escuchar a la fuente primaria, y esos son los miles de peruanos que compran, venden, invierten y ahorran todos los días. A ellos les caen la Sunat, los agentes municipales, les cobran por cada trámite y les hacen perder tiempo, les impiden ejecutar sus acuerdos y los desvalijan sin tener quien los proteja. Ellos son el verdadero termómetro de reformas.