No temer, PPK. (CésarCampos/Perú21)
No temer, PPK. (CésarCampos/Perú21)

Este comentario puede ser extemporáneo: cada vez son más las personas con las que usualmente hablo de política que creen que PPK saldrá tras el receso legislativo. Entiendo que el Sr. Vizcarra preparó un discurso de investidura antes de que decidieran que los tres se irían hace semanas. Asimismo, que se le ha vuelto a considerar una opción.

El cambalache del indulto por la vacancia eliminó el peor escenario posible, el de una salida del gobierno. En ese escenario, tras el estruendo político, se convocarían elecciones en un año. Eso ya no va a pasar, pero muchos empresarios siguen actuando como si la incertidumbre fuera esa.

Planteemos ahora el escenario imposible y, para muchos, no deseable. ¿Qué pasaría si el gobierno y el Congreso trabajaran una agenda agresiva de reformas? Keiko no quiere hacer nada “hasta que sea presidenta”. Y el gobierno está paralizado. Nuestro país necesita reformas para salir de la “trampa del ingreso medio”. No podemos seguir viviendo con esta precariedad institucional. Necesitamos Estado, no esta parodia hecha a la medida de corruptos y mercas de toda laya. Las reformas también abrirían espacio político, mañana. Cambiaría la agenda de la politiquería o salidas pobres, como la de los paperos.

Lleguemos finalmente a la comparación con Brasil. Michel Temer llegó a la Presidencia cuando se sabía que era corrupto. The Economist dice que se mantiene en el poder porque “ha encantado a los legisladores, no al público”.

Ni Alan encantaría al ‘mototaxi’. Pero ahora Alberto está suelto. Y tiene asesores, no matones o asesores a los que no escucha. PPK libró a Alberto para librarla. ¿Se animará a adoptar reformas, o se irá sin pena ni gloria? Con pena, en realidad.