Este tema no ha sido una prioridad para este gobierno ni para los anteriores. Al menos eso demuestran los resultados del estudio de la Organización Mundial de la Salud. Será porque, al verse en cifras, este problema representa una pequeñísima fracción del PBI de Lima (entre el 0.05% y el 0.5% entre 1994 y el 2011, según el CIES), lo que no sugiere que sea menor. O quizá nuestras autoridades consideren que hay cosas mucho más importantes. Sin embargo, las recientes medidas sobre transporte público –como el reordenamiento vial– y los metros hacen suponer que algo podría cambiar. Yo he tenido la oportunidad de viajar a las capitales de México, Colombia y de Chile, y he comprobado que tienen sistemas de buses más modernos, limpios y ordenados, similares al Metropolitano, con lo que podría haberse conseguido reducir la contaminación. Ahora, ¿cuál es la solución? Lo que se debería hacer es analizar bien el tema, con un equipo multidisciplinario de especialistas, para que dicten medidas que se sostengan en el tiempo y estas no sean improvisadas. No es bueno ser apresurados.